Cuando el mítico físico alemán, Albert Einstein, pronunció en los albores del siglo XX su famosa frase, "Dios no juega a los dados", estaba haciendo una crítica sucinta a los responsables de la teoría cuántica, que empezaban a desmontar todas las teorías universales de la física desde dentro, creando una serie de incertidumbres que perduran todavía. Einstein quería dejar bien claro que el azar forma parte del sentido humano, pero nunca de la naturaleza, que se mueve gracias a leyes universales, tanto dentro como fuera del cosmos. Sin embargo, el propio Einstein acabó reconociendo de la imposibilidad de aglutinar todas las singularidades en una sola ley.
Pues bien, sin ganas tampoco de aburrir al lector con este pequeño repaso a la historia reciente de la física, parece claro que el FC Barcelona tampoco se rige por leyes universales, sino que va dando más bandazos que un péndulo, con Laporta como gran artífice -por no decir responsable- de esta caos que está sumido el club y que parece ir abocado a un abismo negro de dimensiones inalcanzables.
Nadie va a discutir el barcelonismo de Laporta y su pasión por defender a ultranza a este club, pero a veces confundir lo racional con lo irracional te acaban llevando al matadero. El dirigente blaugrana se ha empeñado en aparcar cada día más el 'seny' y dejarse llevar por 'la rauxa', en todas y cada una de sus decisiones. Sólo así se puede entender su golpe de efecto de hace un mes, ratificando a un Xavi Hernández, que había presentado su dimisión en diferido a finales de enero. Entre sake y sake, Laporta se conmovió ante el discurso del técnico y acabó fundiéndose en un sentido abrazo con el de Terrassa, emulando el célebre arreón al maniquí descabezado de Messi durante la campaña electoral. Una decisión que dejó con el pie cambiado a todos, salvo al vicepresidente Rafa Yuste, que respiraba aliviado. De hecho, es el único en el club que siempre ha defendido a Xavi, a las duras y a las maduras. Seguramente más de uno allí dentro no puede decir lo mismo...
Es verdad que Laporta se ha movido siempre entre dos aguas con Xavi. En su corazón seguían latentes los días de vino y rosas del Xavi futbolista, pero en su cabeza también pesaba la inexperiencia del Xavi entrenador, con el agravante que su rival en las urnas, Victor Font, lo tenía como máximo responsable del proyecto deportivo.
Y una vez más el corazón inundó la mente, y medio forzado por las circunstancias, se trajo a Xavi de Qatar para que cogiera el relevo de un desnortado Ronald Koeman, que quedó sentenciado para todos el día que el presidente le expresó abiertamente sus dudas: "Dame quince días, y si no encuentro a nadie para relevarte, seguirás".
Con Xavi no necesitó este ultimátum porque fue el propio técnico quien se disparó una bala al pie el día que anunció su dimisión en diferido. A partir de aquí, Laporta era libre de empezar a negociar con cualquier entrenador. Y lo hizo a conciencia, poniendo a Deco sobre la pista de posibles futuribles. Rápidamente se posicionó un alemán que vivía los lunes al sol en Formentera, donde tiene residencia, que además contaba con la ayuda inestimable de Pini Zahivi, uno de los agentes de cámara de Laporta. El nombre de Hansi Flick empezó a sonar con fuerza y el ex técnico del Bayern aprovechó la coyuntura para visitar a cualquiera que tuviera un ramalazo de ADN blaugrana para asimilar todas las esencias.
Luego llegó el célebre 'pacto del sushi', con Laporta siendo derrotado otra vez por el corazón. Pero en esta ocasión, el entorno del presidente fue más cauto y no cerró las puertas a Hansi. Todos eran conscientes que se trataba de un arrebato y sólo había que esperar que regresaran los negros nubarrones para que recuperara el sentido común. Y la tormenta irrumpió, y con más fuerza que nunca, en Montilivi y en la rueda de prensa previa a Almería.
Ahora sí que parecía que el corazón no iba a poder vencer el pulso a la cabeza. Y bien se cuidó el entorno del presidente de evitar cualquier tentación, dejando a Laporta sin viajar a Almería e instándole a dar largas a cualquier tipo de acercamiento con Xavi. El delicado estado de salud en esos días del dirigente blaugrana también sirvió como coartada.
Ahora Laporta ha vuelto a lanzar los dados. Con Xavi finiquitado, será Hansi Flick el nuevo 'sufridor', tal como avanzó el técnico egarense cuando le preguntaron por su relevo. Veremos si Einstein tenía razón o no, pero si hay un lugar donde se rompen, divergen y claudican todas las Leyes del Universo es en 'Can Barça'. Aquí, los abismos negros y la materia oscura son el pan de cada día.