Ver el partido contra el Granada del domingo pasado es como repetir una pesadilla llamada Villarreal de hace pocas semanas en el estadio Olímpic Lluís Companys de Montjuïc. El juego de los azulgrana me ha dejado sin comentarios, vacía de cualquier ímpetu de crítica o rabia, desde un punto de vista analítico. Así llegamos al ahora: en Barcelona, ni los aficionados tienen ánimo para sacarles el pañuelo; ni los propios periodistas somos tan imaginativos para relatar, jornada tras jornada, el día de la marmota.
Me parece increíble que contra el penúltimo clasificado de la Liga, el Barcelona no sea capaz de ganar. Pero todavía es más surrealista ver cómo el Granada no se cerró en ningún momento. Incluso después de marcar el empate, demostró en una segunda parte que parece que, ante los azulgrana, todo el mundo es valiente.
En paralelo, el futuro de Xavi parece que interesa, incluso más, que el juego de su equipo. De no haber empatado contra el Granada, hoy, hubiéramos asistido a una campaña de maquillaje para pedir que el de Terrassa se quede. Lamentablemente para él, tan solo el campo del Santiago Bernabéu soltó un Xavi quédate para reírse del equipo.
Aún así, la campaña sigue latente y no se descarta apretarla más si en Europa no hacen el ridículo que a día de hoy muchos pronostican que demostrarán en Champions ante el Nápoles.
Dentro del cuerpo técnico, a Xavi le interesa terminar en junio y no ensuciar su currículum tan principiante como entrenador. Pero él terminaría aquí y es lo que quiere. Lo que pasa es que si la campaña se va encendiendo, progresivamente a unos resultados que no sean pésimos, será en gran parte motivado porque Xavi piensa en los demás. Y me explico: no es lo mismo que a Xavi se le cierren los proyectos, que esto lo vivan todos los miembros de su staff.
Hay muchas carreras profesionales en juego y también trabajo, al fin y al cabo. Por todo ello, Xavi piensa en su futuro profesional, pero también de los que él ha traído procedentes de cuando entrenaba en Qatar. Porque, realmente, ¿alguien conoce a un miembro de su staff técnico más allá del doctor Ricard Pruna?
No me posicionaré en qué está bien o no. Pero sí sé que la relación que guarda Xavi con su staff va más allá de lo estricto profesional y, viendo cómo está el patio de amiguetes en can Barça, el míster hace muy bien de defender los suyos desde la máxima transparencia.