Se dice que los entrenadores del primer equipo del FC Barcelona y el del segundo, del Barça B, deben encontrar las sinergias suficientes para entenderse. Este aspecto es muy importante en un club como el azulgrana donde la famosa Masia es el gran valor por el que destaca y se proyecta al mundo. Más aún, si tenemos en cuenta el estado actual donde la precariedad económica obliga a exprimir este activo ante los vacíos que, con grandes fichajes que nunca pueden acabar de llegar, la situación de urgencia todavía se hace más extrema.
Por todo ello, hemos visto cómo en los últimos tiempos, Xavi ha convocado y ha hecho debutar a jugadores como Lamine Yamal o Marc Guiu, pero también han entrado en sus listas otros como Héctor Fort y Unai Hernández, por poner algunos ejemplos. Todos ellos tienen como máxima prioridad cumplir su sueño y escuchan atentamente a Xavi cuando este les da una oportunidad. Pero no pierden de vista que el verdadero mister con el que trabajan, codo con codo y cada día, es Rafa Márquez, el actual entrenador del Barça B y hombre de extrema confianza de Deco y una gran simpatía del presidente Jan Laporta. De hecho, ya se ha abierto públicamente el aspersor de que este puede ser el relevo del de Terrassa y cumple con una proyección profesional que gusta: triunfa en el segundo equipo y haría el camino natural de otro predecesor de éxito como es Pep Guardiola.
Pero volviendo a lo que nos interesa, ahora mismo es importante conocer el feedback que ambos entrenadores tienen y este no es bueno, sobre todo en una dirección: la de Márquez hacia Xavi. El mexicano parece que va a la contra de aquellos perfiles por los que Xavi apuesta off the record para promocionar y no ayuda a remar en la misma dirección. En medio de este vaivén de puntos de vista quedan jugadores que, a veces, no saben a quién confiar su futuro y deben hacer caso a dos perfiles muy diferentes con lo que esto conlleva: choque de visiones e intentar quedar bien con los dos.
Ya hay ejemplos de algunos jugadores, en parte, damnificados por estos encuentros entre ambos. Como es el caso de Sergi Rosanas, que se fue el pasado mes de junio después de 14 años como azulgrana. El lateral derecho ha empezado un nuevo reto con el Sparta de Rotterdam. Rosanas tenía la máxima confianza de Xavi, pero Márquez, precisamente por esto, no lo veía igual. Y con este panorama, el joven fue inteligente y tomó una decisión acordada.
Las contradicciones entre los entrenadores de estos dos equipos dentro del FC Barcelona no son las primeras. Pero, en este caso, resultan extremadamente delicadas por el momento de cuestionamiento que tiene Xavi, quien debe batallar con demasiados frentes internos en el propio club.