Lo avisé o, mejor dicho, algunos lo avisamos desde hace tiempo. Pero ni así. El FC Barcelona se ha convertido en una máquina infalible de exprimir al máximo a sus jóvenes promesas. En estas anda Xavi muy preocupado. Él, que ya se recuperó de joven de una lesión que lo mantuvo apartado y corriendo por la Mola, sabe mejor que nadie, y desde su experiencia, los grandes peligros que corren los jugadores actuales si siguen en esta dinámica destructiva.
El Barcelona tiene antecedentes para poner la alarma. El más reciente, un Pedri que ni está ni se le espera, desgraciadamente por todo lo que llega a aportar. Otro caso, reiteradamente comentado, es el de Ansu Fati. De acuerdo, tuvo mala suerte en su operación, pero la presión de minutos y titularidades lo llevó a explotar. Y por no hablar de Munir y el séquito de promesas que un buen día llenan las portadas de las principales cabeceras deportivas y, al día siguiente, forman parte de la indiferencia absoluta por sus problemas de calidad, pero también de concentración.
Y así llegamos al presente: Lamine Yamal, lesionado después de jugar en Granada y Fermín que tuvo que ser sustituido porque ya no podía aportar más al bodrio de partido que ofrecieron los azulgranas el pasado domingo.
La pregunta es fácil: ¿Por qué se les da tantas alas, tantas titularidades y tanta magnificencia a chavales como Lamine que tan solo tiene 16 años? El problema actual es más fuerte que la época de Munir. El Barcelona de ahora va faltado de referentes y necesita explotar perfiles potencialmente comerciales que aporten alguna alegría a las arcas del club. Por todo ello, Xavi se siente obligado y presionado para dar titularidad a jugadores que, volviendo a su propia experiencia, desearía no convocar. Pero esta mirada es excesivamente cortoplacista ya que invierte en hacer grandes estallidos esporádicos para, posteriormente, acabar siendo destruidos.
Precisamente, volviendo a Lamine, hace falta cuidarlo más que a nadie. No solamente por su edad temprana o el talento que parece tener, sino por el interés que una parte de su familia -recuerdo que los padres están divorciados-, puede ver en el club blanco más interés que en permanecer en Barcelona. La sombra del Madrid sigue siendo real, aunque se renueve su contrato.
Me consta que Pedri ha hablado con Lamine y los consejos van en esta línea: no por abarcar tan rápido, se obtienen más resultados. Lamine, igual que Xavi, son piezas al servicio del club. Y el Barça, en este momento, tiene una mentalidad más similar a un fondo de inversión que a un club.