La del miércoles fue una victoria muy sufrida contra un Oporto que tampoco hizo nada del otro mundo pero al fin y al cabo fue una victoria. ¿Podemos estar contentos con los tres puntos? No, pero satisfechos, sí. El Barça ganó el partido que, sobre el papel, era el más difícil de esta fase de grupos.

Vi a un equipo nervioso y con poca paciencia pero también vi a un equipo que supo combatir los momentos difíciles, que al final de los 90 minutos se llevó el triunfo y que, en parte, también desvaneció algunos de los fantasmas europos del pasado.

En O Dragao era vital no hacer el ridículo y se logró. Los octavos de final ya están un poco más cerca y aunque el listón no estaba muy alto, había que superarlo. Tres puntos y casi tres millones euros en el bolsillo. Queda mucho por mejorar pero poco a poco se van consiguiendo los primeros objetivos. No montemos un drama.

Lamine Yamal, la nueva era

Será un jugador que marcará un antes y un después en el Barça, estoy convencido. Lamine Yamal está hecho de otra pasta y ya lo está demostrando con 16 años recién cumplidos. Su calidad deja en evidencia a los mejores defensas del mundo y  su naturalidad para afrontarlo nos deja a todos perplejos.  

Lamine Yamal es un F-1 que acaba de salir del garaje. Debemos cuidarlo y hacerle un buen rodaje pero con paciencia y kilómetros se acabará convirtiendo en la envidia de todo el mundo. Será la pieza más valorada del mercado y su renovación por el Barça nos deja también a todos mucho más tranquilos.

Es un fuera de serie que acaba de empezar, un regalo caído del cielo o mejor dicho, de La Masia y, para todos aquellos que sufren por su entorno que no se preocupen. Son mucho mejores de lo que nos han intentado vender hasta ahora. Humildes,  con los pies en el suelo, con buenos valores y ya conscientes de la magnitud que está cogiendo el joven futbolista de Rocafonda. Ellos no le estropearán, todo lo contrario, ellos lo harán todavía mejor.

Fermín como 'Pedrito'

Fermín López Marín, recordad su nombre. El futbolista andaluz de 20 años es la última perla de una Masia que vuelve a demostrar que es una fuente inagotable de talento. En cualquier posición, en cualquier circunstancia y en cualquier momento.

Sin hacer ruido Fermín irrumpió durante la pretemporada demostrando que podría ser un jugador muy útil a lo largo de este curso y ahora, cuando las lesiones han vuelto a desnaturalizar al equipo, ha dado un paso al frente para responder con creces.

Su caso es un poco especial, aún no ha jugado nunca en las categorías inferiores de la selección y el curso pasado tuvo que marcharse cedido porque no tenía cabida en el filial. Salvando las distancias y las características de cada uno, el suyo es un caso similar al de Pedrito. El suyo es un nuevo caso de ejemplo de superación, de constancia y de mucho trabajo. Fermín ya es una realidad de presente y ahora solo le queda demostrar que también lo es de futuro.