Que un niño que todavía no ha cumplido los 16 años debute con el primer equipo del Barça es tan brutal como estremecedor. Con lo poco que le hemos visto, Lamine Yamal ya nos ha demostrado que apunta manera de estrella y de crack mundial, pero quizás habría que ser algo más prudentes y no quemar etapas tan rápido.

El miedo a que se quede por el camino es proporcional a las ganas que tenemos de verle hacer de las suyas a nivel profesional. Pero la coherencia nos dice que, primero, debería acabar de hacerse futbolista con los chavales de su edad y con el Barça Atlètic. Lamine Yamal es la nueva perla de La Masia como en su día lo fueron Messi, Bojan, Ansu o Gavi. Casos muy similares con desenlaces muy distintos.

Lamine ya ha llegado, pero todavía le quedan muchas cosas por mejorar. El físico, la actitud, trabajar los puntos débiles, los fuertes y, sobre todo, madurar para estar en la élite. Son etapas de la vida y del fútbol que debe pasar y, Xavi, haría bien en no precipitarse para no cargarnos a otro niño prodigio que nos tiene encandilados a todos.

Adéu Mateu

La salida de Mateu Alemany hace tanto o más daño que la salida de un jugador franquicia. El director de fútbol del club ha sido pieza clave en la construcción de este nuevo Barça que cuenta ya los días para proclamarse campeón de Liga. Ésta no nos la esperábamos. Cambiar el Barça por el Aston Villa no se entiende si no es por una cifra económica desorbitada, que los azulgranas no pueden ni están dispuestos a igualar... O por problemas internos.

Creemos que la cosa va por aquí, en referencia a la mala relación con alguno o varios de los pesos pesados de la directiva. En poco más de dos años Laporta ha perdido a Marc Giró, Ferran Reverter y ahora a Mateu Alemany. Tres piezas que cualquier club quisiera con los ojos cerrados. Sea cual sea el motivo real, ahora mismo Laporta tiene otra patata caliente sobre la mesa que si no es capaz de resolver le volverá a dejar en muy mal lugar.  

Y ahora, Deco?

Que suene Deco como alternativa a Mateu Alemany no me genera demasiada confianza por su falta de experiencia en un cargo similar y, sobre todo, porque tengo la sensación de que mirará antes por sus intereses personales que por los del club. Dicho esto, cualquiera que venga ahora después de Mateu tiene todas las de perder. Sea quien sea, tendrá el listón muy alto y en este caso, no creo que Deco esté preparado ni que tampoco esté capacitado para asumir el reto.

Además, también me da cierto miedo que su relación con Jorge Mendes y el mercado brasileño acaben convirtiendo al Barça en un club desnaturalizado y sin cintura en el mercado. Insisto y ojalá me equivoque, porque a pesar de que NO tengo claro quién debe ser el sustituto de Mateu, lo que NO quiero es que sea Deco. Un futbolista que, por cierto, me encantaba, pero que también hizo de las suyas fuera el terreno de juego cuando estuvo en el Barça.