El verbo cantar y el fútbol, cuando van de la mano, no acostumbran a ser un buen presagio, pues una cantada es aquel fallo ostensible en una situación defensiva y cometido especialmente por el portero. Un error de bulto, vamos. Pero ¿qué ocurre cuando se disocian? Pues que la grosería se convierte en artes. Y en el Barça hay un par de ejemplos de ello, de futbolistas que también se han ganado la vida con la música.

Uno de ellos es Gaizka Mendieta, futbolista muy querido en el Valencia, pero que apenas estuvo una triste temporada en el Camp Nou, la 2002-03, en la que disputó 47 partidos y anotó seis goles. Después se marchó al Middlesbrough inglés, y se instaló en Londres, donde ha cultivado su faceta de disyóquey, sin alejarse nunca mucho del fútbol en diferentes funciones. Con anterioridad había formado parte del grupo Gasteiz Gang e incluso actuó en el Festival Internacional de Benicassim (FIB).

El otro artista del vestuario azulgrana es José Manuel Pinto, conocido como Wahin en el mundo de la música. Productor y compositor especializado en música urbana, se inició en ese mundo en sus primeros años en la élite deportiva. Compaginó sus pasiones. Incluso participó en una canción con el también exbarcelonista Dani Alves, Suave, en la que el hoy acusado de violación, decía “sacia tu deseo como nunca hizo nadie, muévete despacio como si fuera un baile, dale mami, dale suave, que me dejas sin aire”.