Hasta cierto punto se puede entender que haya aficionados del Barça que manifiesten su desilusión porque en jornadas como las de anoche, la de hoy y la de mañana su equipo no está compitiendo. Y eso duele. También se puede entender que la goleada recibida en la Copa ante el Madrid y que significó la eliminación de otro torneo en el que se tenían puestas muchas ilusiones haya representado una nueva frustración. Y que el 0-0 ante el Girona del lunes pasado cuando se esperaba una victoria que aumentara y liquidara el título de Liga resultara otro desánimo para la afición.
Pero de ahí a tirar los platos contra el equipo, pedir la cabeza del entrenador y no valorar en su justa medida un título de Liga que solo una hecatombe podría evitar hay una gran exageración. El barcelonismo tiene un título que celebrar. El más importante de todos los que disputa en España, y que, además, no conquistaba desde hace tres años. Es un título soñado, que motiva porque señala claramente quién es el mejor del campeonato.
Probablemente en este mundo cada vez más incomprendido algunos aficionados hubieran preferido conquistarlo con mayor emoción en lugar de contar con esa ventaja de 13 puntos sobre el segundo. Solo en Italia, el Napoli saca más ventaja al Lazio (16 puntos), pero en la Premier, el Arsenal tiene 6 sobre el ManCity, y en la Bundesliga, el Bayern solo dos sobre el Borussia Dortmund. Cierto también que es muy difícil olvidar la forma en la que se cayó eliminado de los dos torneos europeos, pero si hay algo a valorar es, sin duda, esta Liga.
Pedir la cabeza de Xavi resulta muy injusto como en su día también fue ofensivo y hasta injurioso aquellos “Valverde out” que las redes vomitaban. Está en manos de la actual directiva ofrecer a Xavi unos refuerzos que conviertan al Barça otra vez en un equipo que en abril del próximo año esté compitiendo por el mayor título europeo. En este sentido hay que aplaudir las ganas de la directiva de renovar a Xavi. Primero porque Xavi merece toda la credibilidad y confianza. Y segundo porque sinceramente no veo otro técnico capaz de hacer resurgir a este Barça.