Ganar una Liga o una Champions, ya no digamos los dos títulos a la vez, son los objetivos prioritarios de los grandes clubes de Europa. La mayoría de potencias futbolísticas destinan todos sus esfuerzos y recursos en lograr al menos uno de estos dos objetivos. Son considerados los títulos de caza mayor, los que dan prestigio y renombre a un club, y los que sirven para engrandecer los trofeos en las vitrinas y el orgullo entre los aficionados.

En los balances económicos, estos dos títulos ayudan a generar además superávit económico. La Liga, al ser el torneo de la regularidad, supone un aumento de taquillaje esa temporada, ya que si las cosas van bien, la afición acude masivamente al campo, mientras que la Champions tiene el componente adicional de los premios económicos que entrega la UEFA a medida que se va avanzando la competición.

De ahí que, en el cómputo global, ganar una Liga o una Champions supone una evaluación mínima de un notable alto, un 8 para los más puristas. Evidentemente si se ganan los dos títulos, estamos ya ante la temporada perfecta, y nos vamos directamente al 10.

En la historia del Barcelona, sólo en cinco temporadas se ha logrado un 10, mientras que en 21 se ha logrado el 8. Ahora mismo, vamos directos a sumar la 22, si nada se tuerce, ya que el Barcelona aventaja en doce puntos al Real Madrid, con un partido menos, por lo que podrían ser quince a falta sólo de diez jornadas para acabar el campeonato.

Laporta está tan satisfecho con el trabajo de Xavi que hace ya más de un mes que va detrás del egarense para que firme su contrato de renovación hasta el 2026, fecha que finaliza el mandato de Laporta, pero el técnico quiere rubricar su continuidad sólo cuando tenga el título de Liga certificado.

Será momento entonces de hacer una evaluación, con dos títulos en la primera temporada entera de Xavi al frente del equipo: Liga y Supercopa de España, este último ganando en un partido espectacular al Real Madrid en la final. Y con el mérito que no sólo se habrá ganado al equipo de Florentino, sino también a toda su cohorte de altavoces mediáticos, a Tebas, a Ceferin, a Negreira…

Y entre nosotros, siempre habrá algún rabioso en el entorno que ponga en demérito la temporada, subrayando la eliminación de la Champions o la derrota dolosa en el Camp Nou en la Copa frente al Real Madrid, para castigar al equipo y dejar la temporada en un 6 pelado. Curiosamente, son los mismos que en las casi tres décadas de nuñismo no pusieron ninguna traba cuando se ganaba una Liga cada quince años, o los mismos que se rasgaban las vestiduras recientemente cuando Ronald Koenan fue destituido a mitad de curso, pese a que en su curriculum aparecía sólo una Copa del Rey y la vergüenza ajena de haberse pasado 48 jornadas sin liderar nunca la competición de la Liga. A estos maldicientes, que haberlos haylos, que les aproveche el doblete.