Si las bajas en defensa fueron clave en la Champions, las ausencias de Pedri, Gavi y Dembélé fueron determinantes en Manchester. El Barça cuajó una buena primera mitad pero no fue suficiente una discreta segunda parte para acceder a los octavos de final.
Si os soy sincero, la eliminación de la Europa League me dolió menos de lo que esperaba. Caer de pie en Old Trafford tras varias temporadas haciendo el ridículo en Europa no sirve de consuelo pero para mi esta competición molestaba.
Si el Barça es capaz de ganar Liga y Copa, la temporada será excelente independientemente de haber caído prematuramente dos veces este curso en Europa. Estamos hablando de un equipo y de un proyecto en construcción, de un bloque de jugadores muy jóvenes y que necesita seguirse curtiendo en este tipo de batallas antes de poder dominar el continente. Calma y a seguir trabajando, esto servirá para crecer. Estar jugando la Europa League era una castigo innecesario para el orgullo de los culés.
Ferran Torres está recuperando el nivel que le sirivió para fichar por el Barça. El de Foyos está mostrando una buena versión y, tras confesar que se vio inmerso en un pozo sin fondo del que necesitó la ayuda de un psicólogo para salir, parece que por fin vuelve a ver la luz al final del túnel.
Ferran lo ha pasado mal, Ferran no ha gozado de demasiadas oportunidades pero si ahora tiene continuidad y es capaz de mantener este nivel en otros partidos será un jugador importante en este tramo final de temporada.
En el polo opuesto está Ansu Fati que sigue desaprovechando las alternativas que le está dando Xavi. No me parece justo que a estas alturas de la temporada tengamos que plantearnos su continuidad pero tampoco podemos pasar por alto su rendimiento. Es preocupante como un jugador que estaba llamado a hacer historia ha quedado relegado al ostracismo. Ansu es el último en la lista de delanteros del equipo y la sensación general es que su estrella se ha apagado.
En Anfield volvimos a ver la película de siempre con el Madrid y la Champions. Los blancos fueron capaces de igualar el partido con muy poco y, con menos, le dieron la vuelta al marcador.
El Liverpool cuajó 20 minutos buenísimos pero con el 2-1 de Vinicius volvieron a aparecer lo viejos fantasmas del pasado. La épica, el espíritu, el ADN, la casta, el orgullo, llamadle cómo queréis pero la 'décimoquinta' está más cerca.
Sé que este discurso no os acabará de gustar a todos pero el Madrid y Europa son un binomio imposible de descifrar así que mejor irse haciendo a la idea de que esta temporada levantarán una nueva orejona. Si después nos llevamos una sorpresa que por lo menos sea agradable y que no nos coja a contrapié. Nadie puede eliminarlos. En Europa, la moneda siempre sale cara para el Madrid o mejor dicho, su moneda europea no tiene cruz.