El FC Barcelona vive una realidad dual. Manda con autoridad en España y sufre en Europa, un escenario que ya vivió con Ernesto Valverde. La propuesta futbolística de Xavi Hernández, con todos sus matices, es muy atractiva, pero los problemas del equipo en la Champions y en la Europa League evidencian que físicamente no está al mismo nivel que los grandes clubes continentales.
El Manchester United, un histórico con urgencias, tuvo más empate que el Barça en el Camp Nou. El equipo azulgrana evitó la derrota por orgullo y carácter, pero futbolistas como Rashford evidenciaron que el fútbol actual es una combinación perfecta de clase y fuerza.
El Barça de Xavi sigue en construcción. El técnico parece haber encontrado el equilibrio perfecto en la elección de sus futbolistas, pero su equipo necesita piezas distintas. Necesita jugadores más expeditivos, con más mala leche, que no son fáciles de encajar con el adn barcelonista. El ejemplo más claro es Kessié, que sufrió horrores para asimilar algunos conceptos básicos del técnico.
Hoy Xavi detecta que su Barça es mucho mejor que el de hace un año. Normal. Tiene a Lewandowski, pero también un defensa mucho más resolutivo como Koundé, quien, por cierto, no estuvo muy inspirado contra el United. También tiene un extremo desequilibrante como Raphinha, capaz de lo mejor y lo peor.
El sábado, en la rueda de prensa previa al partido con el Cádiz, Xavi avanzó que ha llegado la hora de las rotaciones. De los cambios. Sin complejos, el técnico argumentó que el equipo “está fatigado”. Y su pronóstico no pudo ser más certero. Fue su primer aviso a navegantes.
El Barça tuvo menos chispa que el United y en los últimos partidos han jugado casi siempre los mismos futbolistas. Solo han aparecido en escena Kessié y Raphinha en sustitución de Sergio Busquets y Dembelé, lesionados.
El jueves, Xavi dio entrada a Sergi Roberto por Pedri, lesionado, y el resultado fue preocupante. El futbolista de Reus no está al mismo nivel que sus compañeros. La polivalencia es su gran virtud, pero ni es un portento técnica ni físicamente.
Xavi deberá gestionar ahora el reparto de los minutos con mucha inteligencia. Queda mucho para que termina la temporada y la lesión de Pedri no será fácil de maquillar. Hoy, el técnico tiene tres futbolistas menos que en noviembre por las marchas de Piqué, Memphis y Bellerín.
El Fair Play Financiero impidió que el Barça pudiera reforzarse en el mercado de invierno y, ahora, Xavi tiene las piezas justas para que su máquina no encalle. Que en febrero detecte síntomas de cansancio es, cuanto menos, motivo de preocupación, porque al equipo se le supone firme en la Liga, pero aspirar a todos los títulos parece poco menos que una utopía.