Barça y Real Madrid disputarán la final de la Supercopa de España en un momento de muchas dudas para ambos equipos. Será la primera vez que culés y merengues se verán las caras en la final de este formato final four que, de momento, me sigue sembrando muchas dudas.
El King Fahd Stadium de Arabia no ha presentado una buena entrada en ninguna de las dos semifinales y, por mucho que gusten los petrodólares, ¿no tendría más sentido hacerlo en La Cartuja con algo más de afición? Volviendo al clásico, ni Barça ni Madrid están convenciendo en este inicio de año. Tal vez los de Xavi lo hayan hecho un poco mejor que los de Ancelotti pero las desconexiones azulgranas empiezan a ser muy preocupantes.
También el momento de algunas estrellas de ambos conjuntos como Lewandowski, Benzema, Modric, Vinicius, y Raphinha, entre otros. ¿Es la resaca post Mundial? De momento, el clásico del domingo se presenta como el clásico de los porteros. Ter Stegen y Courtois se encargaron de sacar los billetes de la final con paradas inverosímiles y un instinto felino en los penaltis.
La Supercopa de España, sin ser un título con demasiado prestigio, se presenta como una gran ocasión para ambos equipos para afrontar el segundo tramo del curso con la moral, la ilusión y las ideas reforzadas. Sin ser nada del otro mundo, la Supercopa puede ser un gran complemento vitamínico para lo que viene próximamente y hasta el final. Solo espero que, por el bien y la salud de todos, la final no se decida des de los once metros.