El 31 de diciembre vuelve la Liga para los culés y los pericos. Un día intempestivo, si bien las uvas no nos las comeremos a las dos del mediodía. Lo que sí quiero destacar de la previa de este derbi catalán es el buen saber estar de ambos clubes desde hace unos años.
El mal rollo ha seguido inherente por algunos motivos, pero todos han sido puntuales. Lo que sí cabe resaltar es que este partido es el primero que se queda sin referentes de corazón y rivalidad entre ambos clubes. La figura de Gerard Piqué ha llenado ríos de tinta en los últimos tiempos y fue una fuente de inspiración para las aficiones de ambos clubes a la hora de entrar en la rivalidad más feroz y desagradable.
Sin Piqué se va este punto, a veces desafortunado, que complementaba unos últimos encuentros pésimos dentro del campo y que aburrían hasta al propio árbitro. Sinceramente, creo que ahora que no hay capitanes de espíritu, como en su día Sergio García también por el lado perico, deben coger este liderazgo los mismos entrenadores. Ellos saben hasta dónde llevar la rivalidad, asegurarse de que ésta sea siempre sana y dar ejemplo de lo que debe seguir siendo el respeto entre dos clubes históricos de la ciudad de Barcelona, aunque uno juega en Cornellá.
Por todo ello insto a Xavi, pero obviamente también a Diego Martínez, para que lideren una previa que marque la pauta del saber hacer. Como siempre --y esto un día tiene un tema aparte-- deberemos analizar qué está pasando con las gradas de animación y aquellos aficionados acérrimos.
Si bien es verdad que --demasiadas veces-- desde la prensa se esconden graves problemas e incidentes, el tema no es tan grave. Pero insisto en que también hay mucha porquería escondida y que los radicalismos están en auge, no sólo en los arcos parlamentarios.
Vamos a prevenir antes que curar y esperemos que desde el entendimiento y la referencia que deben tener los entrenadores, marquen el camino con la foto de familia entre ambos y den un mensaje de encuentro. Al fin y al cabo, con un Espanyol totalmente despersonalizado en su directiva y un Barça todavía encontrándose, los técnicos son el mejor exponente.