Estamos más que preparados y listos para dar el pistoletazo de salida a una primera fase de la Champions League más intensa que nunca. Una Champions repleta de estrellas y equipos muy potentes que no se parecerán en nada cuando llegue el mes de marzo y tras un Mundial de por medio.

Llega la hora de la mejor competición del mundo. La más glamurosa pero que normalmente no suelen ganar los mejores equipos. La Champions es tan bonita como caprichosa e injusta. Te lo da todo o te lo quita todo. Que se lo pregunten al Real Madrid o al PSG o al Manchester City.  ¿Será éste su año? 

¿Y el del Barça? Exigirle ganar la orejona a los de Xavi sería injusto teniendo en cuenta de dónde venimos pero, viendo lo que hay, en otras circunstancias tampoco sería una locura soñarlo. Un 11 titular de lujo, un fondo de armario de muchas garantías y sobre todo un entrenador con las ideas muy claras y al que no le tiembla el pulso. La Xavineta tiene muy pero que muy buena pinta.

Es raro, pero empiezo a tener una sensación que hace mucho tiempo que no tenía. La sensación de que este año sí, este año sí culés, este año podemos soñar a lo grande e ilusionarnos de verdad. Sé que apenas estamos a principios de septiembre pero noto que podemos volver a confiar en el Barça sin acabar ridiculizados. Todos van a una, todos atacan y todos defienden, la actitud es inmejorable y todos quieren ganar. Insisto en que el camino es largo pero también insisto en que este equipo nos ha devuelto una ilusión que hace muchos años que no teníamos.

De momento, y con mucha sinceridad, a día de hoy me conformo con hacer un buen papel en Europa. Competir sin complejos contra cualquier equipo y, si llega el momento, morir de pie y con dignidad. Esto y, evidentemente, que los que van de blanco no vuelvan a ganar la Chaaampions!