Parece que solo existen las fichas de Gerard Piqué, Sergio Busquets o Jordi Alba como los principales problemas del Barcelona actualmente. Y no son ellos los únicos que reclaman lo pactado y firmado con la Junta anterior de Josep Maria Bartomeu. También hay los más de 50 millones que, en diferido, se comprometieron a devolver a Leo Messi. Los argumentos de la ejemplaridad, sentir los colores en el pecho o haber sido un referente histórico quedan en minucias cuando se trata de hablar de dinero. Y lo entiendo y lo comparto.

En todo esto, lo único que me sobra es el pantallazo de la nómina de Piqué que en su día publicó en twitter motivado por el pique con Toni Freixa para demostrar que él no cobraba las barbaridades que se decían. El tiempo y él mismo negándose a aceptar una rebaja de su salario han demostrado que faltaba a la verdad, pero que, lógicamente, no perdonaba ni en euro al club. Y tampoco lo perdona, reitero, Leo Messi.

Quién sabe si en las artimañas de Joan Laporta y la cabeza fría y pensante de Mateu Alemany puede motivar un retorno del argentino para la próxima temporada teniendo en cuenta que todavía se le tiene que pagar su ficha. Aunque aquí, señalo, que es una suposición que no descarto que pueda pasar por la cabeza de la junta actual. Lo que seguro que no es una suposición es que el Barça debe muchísimos millones a gente en plantilla actual y los que ya no están. Y resolver esta situación es complicadísimo. Más aún, si encima empiezas a fichar como churros a nuevas incorporaciones y no sabes cómo inscribirlos, pero tampoco cómo pagarlos?