Jules Koundé, uno de los fichajes más celebrados del Barça en los últimos años, todavía no ha podido ser inscrito en la Liga. El defensa francés, como mínimo, se perderá dos partidos de Liga por los problemas del club para rebajar su masa salarial, un escenario inimaginable para cualquier aficionado al fútbol.

 

El Barça de Laporta vive al día. Improvisando. Hipotecando activos para seguir siendo competitivo. En una situación extremadamente complicada, el presidente vendió el 25% de los derechos televisivos de la Liga durante 25 años y el 49% de Barça Studios para poder inscribir a Dembelé, Sergi Roberto, Kessié, Christensen, Lewandowski y Raphinha.

Las cuatro palancas que activó Laporta todavía no han permitido inscribir a Koundé. Ni anunciar el fichaje de Marcos Alonso. En los últimos días, el club ha fracasado en sus negociaciones con Sergio Busquets y Gerard Piqué para rebajarse su salario. Tampoco está por la labor de Frenkie de Jong y nada se sabe de Jordi Alba y Ter Stegen.

Al Barça no le queda más remedio que vender futbolistas, pero ya se sabe que las urgencias son malas. De momento, el fichaje de Memphis por la Juventus parece haberse complicado. Su salida, no obstante, sería insuficiente para inscribir a Koundé.

Xavi avala la marcha de Memphis. Le preocupa más la salida de Aubameyang, pero sabe que deberá sacrificar alguna pieza importante y más tras comprobar que el Lecce ha pedido la cesión de Umtiti a cambio de que el Barça asuma, inicialmente, toda la ficha. Surrealista.

El Barça también ha puesto en venta a Dest, pero Xavi se equivocó al declarar públicamente que no contaba con él. El Manchester United sabe que ahora puede negociar su fichaje a la baja. Sin prisas.

Koundé, mientras, sigue a la espera. Necesita que el Barça ingrese dinero para poder debutar en la Liga. Su caso es único y retrata la decadencia de un club que lo ganaba todo hace una década y que no supo gestionar el éxito. Mal asunto.