¿Cuántas veces repetiremos esta famosa frase que puso de moda Gerard Piqué con Neymar antes de marcharse a París? Por aquél entonces, la hemeroteca dice que cuando suena esta frase, es que el jugador tiene los días contados en el club. En este caso, según las intenciones del protagonista, sería totalmente al revés.
Frenkie de Jong ha ordenado hacer obras de gran calado en su casa de la calle Cavallers en el barrio de Pedralbes de Barcelona. Esta decisión fue tomada hace pocas semanas y constata la voluntad que tiene el propio jugador de seguir vinculado al club azulgrana. Es un detalle pequeño, pero no menor que certifica el humo que rodea, demasiado a menudo, al entorno azulgrana.
Los detalles marcan la diferencia y éste que hoy os cuento es significante. Pero también hace que reflexionemos sobre su figura y el por qué algunos lo sitúan en la Premier. Los rumores siempre salen de una de las partes implicadas. Es evidente que de Frenkie no viene la información. Así pues, ¿es el propio club, la directiva culé, que lo quiere lejos o necesita hacer caja? Es evidente que la estrategia de cualquier club es callar y trabajar. Normal y nada extraño. A modo de ejemplo, algunos fichajes para la próxima temporada ya están cerrados desde hace días. Pero también es cierto que jugar al despiste trae consigo siempre alguna intención clara. Con Frenkie se entra en este juego y, a veces, las estrategias pueden torcerse.
Hace falta tener un equipo motivado y que todos se sientan partícipes de una reconstrucción del vestuario sin precedentes en los últimos años del Barça. Así pues, si el neerlandés tiene el interés de asentar su carrera profesional en Barcelona, reconstruirse su vivienda, y si éste es el acuerdo final, mejor no crear confusiones. Y si alguien no lo quiere que hable o calle para siempre.