¿Hay peor manera para el Barça que acabar esta desastrosa temporada con otra Champions del Real Madrid? Es evidente que no. Pero, sin lugar a dudas, este año de transición culé también ha dejado algo positivo en las instalaciones azulgranas. Seré breve, porque no hay mucho donde rascar, pero siempre hay motivos para el optimismo –al margen de otro espectacular curso del femenino–.

La irrupción de Gavi y otros muchachos de su generación es, posiblemente, una de las grandes noticias de la temporada en clave azulgrana. La Masia funciona y los jóvenes están preparados para rendir al máximo nivel, sin complejos, como se ha visto en muchos partidos este año. A ver si en las oficinas son capaces de retenerlos. Más le vale al Barça.

Otra buena noticia es el regreso de Xavi, no por todo lo que significa para el club, que también, sino porque ha recuperado el ADN Barça. Hacen falta muchos ajustes todavía, pero parece que el equipo vuelve a la senda correcta. Ahora bien, otro año sin títulos será difícilmente soportable. Hay que apretar.

Más allá de lo puramente deportivo, el Barça tiene al fin los permisos para iniciar las tan necesarias obras de reforma del Camp Nou. Solo con un estadio adaptado a los tiempos el club podrá seguir siendo competitivo, generar ingresos y mantenerse en la élite de la élite. El coste y la financiación del proyecto van aparte. El primer paso ya está dado.

Pero, sin duda, la mejor noticia de la temporada del Barça es que el curso ha terminado. Ahora toca preparar a conciencia el próximo ejercicio para devolver la ilusión y los títulos a la afición.