¡Vaya temporada! De decepción en decepción y son muchas ya. Demasiadas. Parece que a Joan Laporta se le marchita la flor. En los últimas días, el Real Madrid le sacó los colores al Barça de baloncesto y el Olympique de Lyon frustró al Barça Femenino en apenas media hora. Europa es una pesadilla.

La temporada del primer equipo de fútbol ha sido decepcionante. Por mucho que quieran maquillar la nota final, el suspenso ha sido claro. El Barça no ha ganado ningún título y muchos partidos han sido horribles. Si duro fue el inicio, frustrante fue el hundimiento tras la derrota contra el Eintracht. Xavi Hernández no lo tendrá fácil la próxima temporada. Suerte que tiene un plan coherente.

La reconstrucción del Barça es muy complicada. A la espera de activar dos palancas económicas, el club está hecho unos zorros. El Barça ya ni compite por los grandes futbolistas. Muy pronto se retiró de la puja por Erling Haaland y fue un mero espectador de la pelea entre el PSG y el Real Madrid por Mbappé.

Andreas Christensen y Franck Kessié, dos futbolistas de perfil medio, son los fichajes que ya tiene atados el Barça. El Real Madrid, en cambio, ha contratado a Rudiger, compañero del danés en el Chelsea y jugador con muchos más recursos. Esta es la realidad.

El Barça, hoy, se ilusiona con un futbolista que en agosto cumplirá 34 años. Lewandowski es sinónimo de gol, pero no es la pieza ideal para construir un nuevo proyecto. El mensaje que transmite el club es erróneo. Solo se piensa en el corto plazo, tanto en la confección de la plantilla como en algunos acuerdos comerciales.

Los fichajes no serán demasiado ilusionantes, pero los grandes problemas llegarán con las salidas. Solucionada la marcha de Coutinho --gran éxito de Mateu Alemany--, el Barça no lo tendrá fácil para desprenderse ahora de Riqui Puig, Mingueza, Braithwaite, Umtiti, Lenglet, Neto y compañía. Cobran mucho. Demasiado. Y rinden poco.

El Barça Femenino, en cambio, sí ilusiona. Unos 15.000 culés se desplazaron a Turín para presenciar la final de la Champions. La primera media hora fue horrible, pero el equipo reaccionó muy bien. Perdió con dignidad, sin rendirse. Y Laporta ha prometido que aumentará el presupuesto de la sección. Es de justicia.

El baloncesto, en cambio, deberá asumir algunos recortes. Las salidas de Oriola, Smits y Hayes-Davis son asumibles. Normales. Mucho más dura será la marcha de Brandon Davies. El club le ha ofrecido un contrato a la baja y el ala-pívot ya tiene un acuerdo con el Armani Milán.

Laporta, que fracasó en su intento de reducir el salario de Mirotic y Calathes, debería ser más ambicioso. En su primera etapa como presidente, tardó muchos años en dar con la tecla del éxito. Ahora vuelve a equivocarse. No puede debilitar un equipo al que le falta carácter. La marcha de Davies es un error monumental. Otro más de un Barça en horas bajas, sin un rumbo claro.