Cinco partidos, cinco finales. El Barça no competirá en mayo por un título, sino por salvar una temporada muy agitada que comenzó con Ronald Koeman de entrenador y terminará con Xavi Hernández. Este domingo, contra el Mallorca, el equipo azulgrana puede abrir una pequeña brecha con el Sevilla y el Atlético si rompe su maleficio en el Camp Nou y derrota a los baleares, necesitados de puntos como el Cádiz y el Rayo.

El Barça, otra vez con Ansu Fati como revulsivo, no puede fallar. Nunca había encadenado tres derrotas en el Camp Nou en una misma temporada. El desastre, curiosamente, llegó cuando la afición soñaba con ganar la Europa League y presionar un poco al Real Madrid en la Liga. Pero la derrota contra el Eintracht tuvo un efecto devastador.

El Eintracht, décimo clasificado de la Bundesliga a 35 puntos del Bayern, fue muy superior al Barça en deseo, intensidad y fútbol. También tuvo el respaldo de una afición que silenció a la barcelonista en el Camp Nou. Ese día, Xavi, sus futbolistas y la junta directiva acabaron tocados. Frustrados. Y todavía no se han recuperado.

El Cádiz y el Rayo, después, castigaron la confusión barcelonista. Xavi, según confesó él mismo, no supo motivar a los futbolistas en la última derrota ante los madrileños. Quiso proteger el técnico a una plantilla que se destensó tras el fiasco europeo y buscó nuevas fórmulas para recuperar el compromiso de unos jugadores que juegan con fuego.

El Barça, por prestigio y dinero, tiene que amarrar la segunda plaza que le permitirá jugar la Champions de la próxima temporada y también la Supercopa, por el que ingresará ocho millones de euros. La cifra no es moco de pavo para un club que arrastra una deuda superior a los 1.350 millones de euros y que debe ralentizar las obras de remodelación del Camp Nou porque todavía no tiene resuelta su financiación.

Queda un mes para arreglar una mala temporada y construir un nuevo curso con las ideas claras. Xavi las tiene y Mateu Alemany es un ejecutivo muy solvente. No podrá fichar a Haaland, pero seguro que mejora el nivel de la plantilla actual. El gran problema radicará en soltar lastre.