Desde la invasión de los más de 30.000, todo han sido malas noticias para el Barça. La eliminación de la Europa League, la lesión de Pedri, la reventa de las entradas, las notas de voz filtradas de Piqué y la traca contra el Cádiz. Todo saltó por los aires en menos de una semana. Esto también es el Barça. Deportivamente hablando, desde el último parón de selecciones el Barça equipo no ha vuelto a ser el mismo. Faltan ideas, contundencia en las áreas y precisión con la pelota. ¿Qué ha pasado? No lo sé.
Muy pocos jugadores, o prácticamente nadie, se libra del desastre de estos últimos días. Y, además, hay que añadir que los buenos resultados del Real Madrid acentúan la crisis azulgrana. La Xavineta se ha quedado sin gasolina, el entrenador no está contento con el rendimiento ni con el comportamiento de algunos de sus jugadores y eso es lo que más preocupa. Que Xavi no esté satisfecho es lo peor que nos podía pasar más allá del mal juego, los malos resultados o la vergonzosa distancia en la clasificación con el eterno rival.
Espero que en este tramo final el Barça recupere sensaciones y que, además de certificar la segunda posición, también se acabe de definir la plantilla del próximo curso con los que merecen seguir y los que no. Ahora o nunca, toca dar la cara y volver a dar un salto de calidad.