Es inexplicable cómo un Real Madrid tocado y más que hundido volvió a salir vivo de la Champions. Por nombre, por historia, por ayudas arbitrales o por lo que sea, no hay explicación lógica a lo que están consiguiendo con un juego tan mediocre.

El Chelsea lo tuvo todo de cara para acabar con la cantinela blanca pero la falta de acierto y la fragilidad defensiva y emocional acabó condenando a los ingleses como al PSG en una nueva noche de emociones fuertes en el Santiago Bernabéu. Enhorabuena a los merengues y que el City haga el resto en semifinales.

También a felicitar al Villarreal. Una ciudad con poco más de 50.000 habitantes hizo historia mayúscula eliminando al todopoderoso Bayern Munich. Los bávaros fueron inferiores a los de Emery a lo largo de los 180 minutos y a los de Nagelsmann les faltó humildad y respeto por su rival.

Bravo por los groguets, que 16 años después de ese fatídico penalti de Riquelme vuelven a estar en unas semifinales de Champions. Ojalá esta vez tengan un mejor desenlace. Ojalá se haga justicia divina. Se lo merecen.