El Barça está demostrando una vez más que el hambre agudiza el ingenio, y que más vale ingenio (y confianza en lo que tienes) que talonario a la hora de confeccionar un equipo ganador. La pandemia terminó de romper unas cuentas muy tensionadas por la generosidad de los dirigentes con los futbolistas, y ello derivó, primero, en la traumática salida de Messi para aligerar la masa salarial y, después, en la contratación de muchos jugadores a coste cero (libres, por medio de cesiones o de otras fórmulas imaginativas), así como la apuesta por los chavales de la cantera unida a la veteranía de los pilares del vestuario.
Y el experimento empieza a dar sus frutos, como muestra el 0-4 en el Bernabéu, que es la confirmación de una mejora sustancial del juego del once azulgrana en los últimos meses. Claro que, sin un comandante al frente como Xavi, que ha mamado Barça desde la cuna, la situación sería seguramente distinta. Por el momento, we are back, como tuitea Piqué.
El buen momento que vive el Barça pese a las dificultades dinerarias para fichar me recuerda, salvando las distancias, al equipo del curso 2014-15. Aquella temporada –en concreto, el año 2015–, la FIFA sancionó al club sin poder contratar a nadie por el caso Masía; es decir, por haber incorporado jugadores menores de edad de manera irregular.
Dicho de otro modo: no se puede mercadear con los muchachos de fuera del territorio de la entidad contratante salvo en unos pocos supuestos que el Barcelona incumplió repetidamente durante algunos años. Por lo tanto, el once azulgrana, entonces dirigido por Luis Enrique, echó a andar con lo puesto –entendiéndose por lo puesto una plantilla con Iniesta, Xavi, Piqué, Rakitic, Ter Stegen, Alves, Neymar, Messi y Luis Suárez, entre otros, aunque, como siempre, con una defensa cogida con alfileres–. Se ganó el triplete.
Por el contrario, cuando el club ingresó los 222 millones por Neymar, se dilapidó esa fortuna en Coutinho y Dembelé para caer una y otra vez en la Champions. Parece que al Barça le va mejor cuando tiene poco margen para reforzarse, aunque ello no significa que no tenga el músculo como para seguir atrayendo y manteniendo a los mejores del mundo, aunque sean descartes, en ocasiones, de otros equipos.