El Barça de Xavi empieza a carburar con cierta fiabilidad. El técnico está sabiendo transmitir sus conocimientos y su idea de juego –el llamado ADN Barça– a un equipo que estaba hundido hace tres meses. Y se nota. El Sevilla, segundo clasificado, ya está a solo cinco puntos. La Liga, no obstante, está imposible… salvo que ocurra algo inimaginable (cierto, tampoco nadie esperaba la pandemia ni la invasión rusa de Ucrania). En este contexto, toda la temporada se la juegan los azulgranas a la carta de la Europa League, pero el éxito presente y, sobre todo, futuro de este equipo pasa por un detalle capital.
Muchos son los Barças memorables, pero solo dos son eternos: el de las Cinco Copas y el del sextete. Y ambos compartían una característica más allá del excelso juego: sus futbolistas hablaban el mismo idioma. En el caso del equipo de las Cinco Copas, además, era literal dado que, salvo César y Kubala y algún otro, todos eran catalanes. El éxito de aquella temporada lo atribuían sus protagonistas a esta singularidad, que iba más allá de la lengua en un momento delicado de la historia de España. Todos ellos se habían criado en un contexto que, sin mencionarlo, les hizo sentirse parte de un colectivo que, además, hacía del fútbol su profesión y, sobre todo y más importante, su divertimento.
Algo parecido sucedió con el Barça del sextete. Un buen puñado de integrantes de aquella plantilla se había formado en la Masía. Muchos de esos jugadores –la columna vertebral del equipo, con Valdés, Puyol, Piqué, Xavi, Busquets, Iniesta y Messi, entre otros– llevaban muchos años juntos en las categorías inferiores y, en efecto, hablaban el mismo idioma en el campo. Si a ello se suma la calidad de los citados y la de otros como Eto’o y Henry, así como la buena mano de Pep Guardiola y Tito Vilanova desde el banquillo, el éxito era cuestión de tiempo. Pero llegó a la primera y dio comienzo a una etapa dorada.
El éxito del Barça de Xavi, pues, dependerá de la mano del técnico, pero también de la combinación y el entendimiento de los jugadores –la calidad se da por supuesta–. Por ahora, se está produciendo una interesante mezcla de juventud, Masía, algún veterano y alguna estrella de fuera, con Pedri, Gavi, Nico y Ansu en primera línea de esta nueva generación. Todos ellos empiezan a hablar el mismo idioma. Si nada se tuerce, con estos mimbres es cuestión de tiempo que el equipo vuelva a reinar en España y en la Champions League.