Joan Gamper Haessig fundó el Barça en 1899. El Napoli (1926) todavía tardó unos años en nacer. Y mucho más tiempo pasó hasta que ambos equipos se midieron por primera vez. Ocurrió en 1978, en San Paolo (hoy estadio Diego Armando Maradona, un hombre vinculado a los dos equipos). La siguiente ocasión en la que se vieron las caras fue en el Gamper de 2011 y, la tercera, en un amistoso en 2014. Sin embargo, parece que se están cogiendo cariño, y cada vez son más habituales sus enfrentamientos, incluso en competiciones oficiales: Champions y Europa League.
En el verano del 2019, durante la pretemporada, Barça y Napoli jugaron dos encuentros seguidos en Estados Unidos y, esa misma temporada, las bolas los emparejaron en la Champions League. Ahora, el destino ha querido que repitan eliminatoria, pero, en esta ocasión, en la Europa League. Será por los formatos de competición, será porque ambos equipos compiten en lo más alto, la cuestión es que sorprende esta extraña atracción de los tiempos recientes. Hasta el momento, su mayor vínculo era el citado Maradona, que dejó el Barça convertido en villano –hepatitis, lesión grave, vida disoluta, enfrentamientos con Núñez– y llegó a la entidad partenopea como un héroe, aunque de allí salió como un dios –dos Ligas, una Copa de Italia, una Supercopa de Italia y una UEFA–, como bien refleja Sorrentino en su última película.
Seguro que el escenario para jugar contra el Napoli no es el mejor –y el equipo de Xavi no es precisamente fiable–. A fin de cuentas, la Europa League no deja de ser la segunda competición europea –por algo es el único título que le falta al Barça– y al conjunto azulgrana se le exige siempre que pelee por la Champions. No obstante, lo más inteligente es adaptarse a las circunstancias y precisamente la ausencia de ese trofeo en las vitrinas del Camp Nou debe servir de motivación para luchar por él hasta el final. Además, es una buena oportunidad para que los jóvenes valores adquieran experiencia y confianza, y que los fichajes demuestren que están capacitados para la reconstrucción. Eso el tiempo lo dirá. Sin embargo, caer ante los italianos en febrero sería un duro golpe y la temporada hasta junio, sin títulos por los que pelear, se iba a hacer muy, muy larga…