¿Se imaginan un club que deja en la grada a su jugador más desequilibrante, enviándole un ultimátum para que renueve de forma automática o abandone el club por falta de compromiso, y que el jugador y su agente se pasen por el forro de la americana la amenaza?, ¿un delantero que lleva un mes esperando fichar por este club, apretando a todas las partes y todas las tuercas, pero que se puede quedar fuera porque no hay margen salarial para ficharlo?, ¿un director de fútbol que tiene todas las carpetas abiertas a falta de menos de tres días para cerrar el mercado y que además está en casa confinado con coronavirus?
¿Se imaginan un presidente que está inmerso en una guerra judicial para despedazar al anterior presidente y que presentará este martes una auditoría forensic para destriparlo?, ¿un entrenador que se ha encontrado una plantilla tan desequilibrada que ha de recurrir a chavales de 17 y 18 años para luchar por una plaza en la Champions?, ¿un jugador que aún no ha cumplido 20 años, llamado a ser el mejor del mundo, pero que lleva casi 18 meses inédito por errores médicos, y que tiene absoluta fobia a pasar de nuevo por el quirófano, pese a que sería la mejor solución para evitar recaídas?, ¿un delantero que llegó este verano para jugar, de una vez por todas, con su mejor amigo, pero que de la noche a la mañana vio cómo su amigo era echado a moco tendido, y él se tenía que quedar, para meses después retirarse del fútbol por un problema en el corazón?, ¿un defensa que lleva cuatro años sin jugar por una lesión crónica en la rodilla y que el club ha renovado para rebajar la masa salarial y porque no lo quiere ni el tato?, ¿un canterano que lleva casi un lustro pidiendo una oportunidad en el primer equipo y que ninguno de los entrenadores que han pasado se la han dado?
¿Se imaginan un capitán que está sufriendo una campaña brutal a través de las redes sociales para pedir su suplencia?, ¿un lateral izquierdo que desde que se marchó el mejor jugador del equipo no encuentra un socio en el campo y no da una a derechas?, ¿un central que cada día está más centrado en sus negocios fuera del fútbol y en enviar zascas a través de sus cuentas, llegando a mostrar su nómina para desmentir informaciones sobre su sueldo?, ¿una plantilla con algunas posiciones triplicadas y otras sin relevo alguno?, ¿un brasileño que ha vuelto al Barcelona con casi 40 años porque la banda derecha es un auténtico hazmerreír desde que se marchó?, ¿un holandés que estaba con los dos pies fuera del club pero que tras marcar tres goles seguidos ha dejado una sombra de duda en los técnicos?, ¿un entorno que se alegra con cada traspié del equipo para recordar que con el anterior entrenador se ganó una Copa del Rey, aunque no había ni un atisbo de fútbol?, ¿un fichaje que estuvo esperando casi de brazos cruzados quince días para poder jugar su primer partido porque se tenía que liberar masa salarial?, ¿un presidente de La Liga que aprovecha cualquier ocasión para señalar al presidente del Barça como un títere del presidente del Madrid?, ¿un holandés que llegó este verano rugiendo como un león y ahora se dedica a maullar mientras se apropia de móviles de aficionados bienintencionados?, ¿un estadounidense que sigue sin entender nada del juego de posición pero que tiene un agente que se niega a ver la realidad?, ¿un vicepresidente deportivo que hasta el último minuto apostaba por el anterior entrenador?
¿Se imaginan un director de scouting, con nombre ilustre en el barcelonismo, que sigue sin querer asumir todas las responsabilidades en la dirección deportiva?, ¿un mítico defensa que todo el mundo está esperando que se decida y acepte la propuesta para ser secretario técnico?, ¿un campeón olímpico de taekwondo que ejerce de asistente del vestuario?, ¿una hermana y una prima del presidente en altos cargos ejecutivos del club?, ¿un marroquí que quería jugar la Copa África, pero que ahora se encuentra en tierra de nadie, sin saber si jugará con su país o España?, ¿un jugador de peso específico de la cantera al que llevan intentando renovar a la baja desde hace seis meses y todo sigue en el aire?, ¿un portero brasileño que juega un partido de Copa ante el Linares y ya no se le ve más el pelo?, ¿un CEO que promete grandes fichajes ante la mirada estupefacta del vicepresidente económico?, ¿una georgiana como asistenta a la presidencia y su hija colocada en el área ejecutiva de marketing?, ¿unas obras que llevan más de diez años planificando y que todavía ni han empezado?, ¿un estadio que estuvo a punto de caerse a trozos según reconocieron los estudios realizados por especialistas señalando más de 900 patologías?, ¿un equipo que necesita del fútbol femenino para llenar el Camp Nou?...
Pues sí, ese club existe. Su nombre: FC Barcelona