A la precaria situación económica que sufre el Barça y la falta de plan y de criterio de los dirigentes actuales hay que añadirle las limitaciones de los ultras que defienden la “religión” deportiva del club.

Mientras las otras entidades celebran los títulos que ganan, el Barça se autoflagela por los que pierde, como si cada año empezara con la obligación de ganar el triplete. Por eso, el doblete de Valverde o sus dos ligas ganadas ni se celebraron porque los agoreros de siempre pronosticaban que esas victorias tapaban las miserias. Según esa regla de tres, el Barça nunca podrá celebrar ningún título si no va acompañado de una época gloriosa de dominio absoluto. Como si fuera tan fácil. Aquí, o se arrasa durante años o no hay nada que celebrar. Y no solo eso, en el Barça hay que ganar pero no de cualquier manera, hay que hacerlo de una sola forma, jugando con un solo estilo, el que introdujo Cruyff hace más de 30 años, hasta tal punto que ganar de otra manera parece una herejía. Y mientras, otros clubs levantan Champions y disfrutan de ellas sin seguir atrapados en la nostalgia.

Ahora, también se celebran los fichajes no realizados. Xavi recibe elogios por no querer fichar a Pogba, como si fuera un tuercebotas, como si ser negro y medir 1,90 ya fuera incompatible con el modelo Barça porque se ve que todos los futbolistas azulgranas deben tener un mismo perfil. Ser bajitos, enclenques y muy peloteros. De esos ya hay un montón en el Barça actual, como, Alba, Gavi, Riqui Puig o Frenkie De Jong. Pero en cambio, su entrenador, Xavi, dice para justificar el empate ante Osasuna que “no hay jugadores con empaque capaces de controlar el juego”. O sea que estos tampoco sirven. Es evidente que para ganar necesitas tener un plan, un estilo de juego definido pero eso no significa que deba ser el mismo de 3 décadas. El futbol ha evolucionado, hay que actualizarse e introducir variantes y novedades. De lo contrario el Barça todavía lo tendrá más difícil para recuperarse. No hay club en el mundo que sea tan preso de su pasado y de su académica estética. El Madrid no dice que el entrenador debe que se fiche deba ser “Zidanista” aunque con el francés ganaran 3 champions. En cambio, en el Barça no valdrían Jurgen Klopp o Tuchel porque no son cruyffistas.