Un golpe muy duro. Podemos hablar de fracaso, pero hay que levantarse rápido y seguir adelante. La Europa League es la nueva realidad y duele pero hay que afrontarla como tal, ya no hay marcha atrás.



Podríamos pasarnos horas buscando a los principales culpables: Bartomeu, Koeman, Laporta, los jugadores, Xavi… algunos lo son más, otros menos, pero todos son responsables de este desastre. Se ha tocado fondo y duele que el nivel del Barça sea de Europa League. Duele que Messi, que ha tapado tantos otros desastres, esté jugando en el PSG. Duele querer y no poder pero ahora no queda otra solución que mirar adelante y construir el futuro.



Hacer limpieza a fondo en el vestuario, confiar plenamente en Xavi y seguir remando a contracorriente, contra todo y contra todo el mundo. La Europa League no ilusiona pero ganarla ahora es una obligación. La realidad es que debemos intentar jugar todos los jueves que nos sea posible hasta llegar a la final de Sevilla. No será fácil pero con actitud y trabajo este grupo de jugadores no está tan lejos de estar de nuevo entre los mejores de Europa.

Ese es el discurso que hay que entonar aunque ahora toca centrarse en la Liga y acabar entre los cuatro primeros. Tampoco será fácil pero mi consejo, más que nunca, sería el de partido a partido y mucho corazón. Que Xavi se convierta en Simeone, que no dude en abroncar, sentenciar o darle la oportunidad a quien se lo merezca. Que no sea por ganas u orgullo, que el Barça recupere su amor propio y lo haga desde mañana mismo ante Osasuna.  



Son días difíciles culés pero ahora toca gritar FORÇA BARÇA más que nunca. ¡Ahora más que nunca sí, que de ésta saldremos más pronto que tarde y volveremos más fuertes!