Pese al titubeante inicio de Álex Santos como Dircom del FC Barcelona, donde sus enganchadas con diversos medios de comunicación son vox populi en todas las redacciones deportivas de Barcelona, hay que reconocer que el Barça está de enhorabuena. En las últimas semanas el club está dando un ejemplo de transparencia que no se vio en los primeres meses de Joan Laporta como presidente. Al César, lo que es del César.
La política de comunicación se ha visto especialmente mejorada con el regreso de Xavi Hernández al club. Desde que el egarense se sienta en el banquillo, las ruedas de prensa son largas y se da voz a todos los medios de comunicación, incluidos los nuevos canales de Youtube y Twitch u otras plataformas más modestas que todavía no se pueden permitir pagar a sus periodistas. El Barça, en un ejemplo de generosidad, ha abierto las puertas a todos ellos y está dando cabida a casi todas las preguntas, aunque sean críticas. Unas bases que se empezaron a sentar con las renovaciones de Pedri y Ansu Fati.
Es de aplaudir esta reacción del departamento de comunicación del club, que a principio de temporada hizo el amago de silenciar a determinados medios dejando sin turno de pregunta a algunos periodistas. La rueda de presentación de Xavi fue ejemplar, con más de 25 preguntas admitidas. El mismo sistema se pretendía aplicar a la presentación de Dani Alves, pero el acto se estaba alargando tanto que hubo que recortar. Comprensible. Pero lo cierto es que tanto la primera rueda de prensa previa de Xavi como la primera post partido, ambas relativas al derbi, han contado con una participación masiva de los medios, superando con creces la restrictiva política de los últimos tiempos. No se recuerda una rueda de prensa post partido con tantos turnos de palabra, más de 20. Chapó por Xavi.
Una junta directiva que se caracteriza por defender su acentuado sentir democrático, no podía dejar de dar ejemplo en cuestiones de esta índole. En este sentido, se presume clave el papel que haya podido tener Jordi Finestres, asesor del presidente. Es de celebrar que también en esta cuestión el presidente Laporta y sus asesores hayan rectificado, del mismo modo que hicieron rescindiendo el censurable contrato firmado con Ownix, la empresa israelí que debía liderar la estrategia del Barça con las NFT y criptomonedas.