Los primeros días de Xavi Hernández como entrenador están gustando, principalmente, porque ha prometido recuperar la disciplina restaurando unas pautas diarias de trabajo que habían desaparecido. Es increíble que esto deba ser celebrado en un club profesional en el que hay una de las plantilla de jugadores mejor pagados de Europa pero “es lo que hay”. Y hay que preguntarse por qué se ha llegado hasta aquí.
La primera respuesta es clara, porque los anteriores dirigentes del club lo permitieron. Es decir, Bartomeu. Pero también por Laporta. Y, sobre todo, porque gestionar y hacer concesiones al mejor jugador de la historia y a su cuadrilla es muy fácil mientras van cayendo los títulos. Cuando se acaban los éxitos, enderezar el árbol que ha crecido torcido ya es prácticamente imposible. Este desbarajuste en el vestuario se ha producido después de que un núcleo veterano de jugadores liderado por Messi, el mejor de la historia, haya traído 35 títulos al club.
Cuando se ganaba, todos, incluso el Bartomeu a quien habían hecho levantar 13 títulos (dobletes y tripletes), miraba hacía otro lado y dejaba hacer. Pero es que también el entorno, la prensa y la afición han contribuido a normalizar que algunos jugadores estuvieran por encima de la institución. Básicamente Messi, pero también su cuadrilla.
Al vicepresidente Javier Faus lo mataron cuando dijo una cosa absolutamente normal, que a un jugador por bueno que fuera, no se le podía mejorar el contrato cada 15 meses. El entorno mató al directivo y aplaudió la reprimenda de Messi. Años más tarde, el Barça era campeón de Liga, finalista de Copa, había ganado la ida de las semifinales de champions frente al Liverpool por 3-0 y perdió 4-0 la vuelta por culpa de la vergonzosa actuación de los jugadores porque en ese partido los reds tenían a Salah y Mané lesionados y les metieron el gol de la eliminación en un córner en el que estaban mirando las musarañas y sale Messi
diciendo que la culpa es del palco porque no hay proyecto.
¿Un equipo que se queda a un partido del triplete es no tener proyecto? Y como la prensa y el entorno aplaudían cualquier cosa que hiciera o dijera Messi y
querían cargarse al presidente, se ponían de parte de los jugadores que se creían por encima de la institución. A Abidal también lo mataron por decir que los futbolistas estaban perdiendo compromiso. Y también, la opinión pública se puso de parte de Messi nuevamente. Y cuando en plena pandemia todos los clubs hicieron una rebaja salarial y el presidente la impuso, Messi y los futbolistas sacaron una nota criticando a la directiva. Nuevamente, la opinión pública se puso a favor de los jugadores en lugar de apoyar al que defendía los intereses del club, es decir, el presidente.
Cristiano fue condenado por delito fiscal y Florentino se negó a pagarle parte de la multa y lo puso en el mercado. Si Barto hubiera hecho lo mismo con Messi no habría podido salir de casa. Y la postura siempre era la misma, con Messi hay que hacer excepciones. Y no se daban cuenta de que hacer excepciones con
Messi era tener que seguir haciéndolas con todo el núcleo de jugadores que le hacían el mejor porque él era el gran padrino. O sea, que ahora todos lamentan el excesivo poder que se les ha dado a los jugadores del Barça pero todos contribuyeron a concederlo, más que nada porque se ganaba y en fútbol los títulos lo tapan todo.
Y al primero que le pasó esto fue a Laporta. Después de ganar Liga y Champions en 2006 hubo dos años de autocomplacencia con la estrella, Roanldinho, y un grupo importante del equipo sin entrenar ni mantener la disciplina. Porque por si alguien no lo recuerda, con Laporta de presidente, el Barça quedó a18 puntos del Madrid y le tuvo que hacer el pasillo al campeón de Liga en el Bernabéu y hasta que no llegó Guardiola no se acabó el despiporre permitido por el actual presidente del Barça.
La teoría dice que ningún jugador, por bueno que sea, debe estar por encima de la institución. Claro, que cuando debes gestionar al mejor jugador de la
historia y toda su quinta que le han dado 35 títulos al club eso es muy difícil. Por eso a Xavi le viene bien que ya solo queden unos cuantos para restaurar el orden y la autoridad.