Hay más información del bando de Xavi que el de Laporta sobre si será el nuevo entrenador azulgrana. Normal, el primero espera con tranquilidad que le llegue el momento óptimo con el que está dispuesto a dar el paso y el otro, totalmente perdido, no sabe qué decir. De todas maneras, la justificación al retraso por despedir a Koeman o se hace con la llegada de un entrenador que ‘enganche’ o no tendrá ninguna justificación el via crucis por el que Jan está tolerando que sufran los culés.

Y dicho esto, ¿qué planes tiene Xavi? El de Terrassa, a diferencia de hace una temporada, podría dejarse querer un poco más por el Barça pero tiene unos condicionantes inamovibles. Por ejemplo, su staff: igual que hizo en Qatar, se quiere llevar a todo el equipo de su cuerda. Laporta le ha dicho que trate de llevar una parroquia reducida porque aquí ya hay unos cuantos que están en nómina con Koeman. A Xavi, esto, no le gusta nada.

Otra cuestión es el Mundial de Qatar que está a la vuelta de la esquina. Xavi se ha comprometido con el emir de Qatar para cumplir con esta cita, colaborar con el país en todo lo que haga falta y, abandonar un proyecto con fecha 2022, no parece lo más caballeroso que pueda haber. Además, la familia está muy integrada con el emir y, por lo tanto, con el gobierno qatarí. Más allá del contrato y el intercambio empresarial, Xavi guarda una relación de amistad 100% con los altos jeques, quedan para cenar con las parejas e, incluso, intercambian confidencias como buenos amigos que son. Hay demasiados lazos personales y profesionales para cortar por lo sano de golpe y porrazo.

Y una última cuestión que planteo: ¿Xavi sería capaz de amonestar e incluso poner al banquillo cuando convenga a pesos pesados y antiguos compañeros como Gerard Piqué? Piqué, ahora capitán, habla del pésimo ataque que dieron contra el Atlético de Madrid, pero se olvida por completo del coladero de defensa que él mismo lidera. ¿A Xavi le apetece meterse en el lío de este tipo de dioses que van de bajada?

Es un buen perfil pero si vuelve, necesita unos mínimos que sólo Laporta le puede garantizar.