Faltan 10 días para que empiece la liga y la planificación deportiva del Barça, llena de dudas e incógnitas, continua cogida con alfileres. El límite salarial y el atasco de la operación salida están provocando que muchas carpetas, con una resolución incierta, sigan abiertas.
Koeman es un entrenador de club y no se quejará públicamente pero es comprensible que tanta incertidumbre esté afectando a la planificación de su plantilla. Está a punto de empezar la competición y Messi sigue sin firmar su contrato. Aunque los responsables de la negociación no ponen en duda su continuidad lo cierto es que pasan los días y el argentino sigue desvinculado puesto que los imprescindibles traspasos para rebajar la masa salarial, que debían facilitar su encaje, siguen sin producirse. La gran solución que se le ha ocurrido a Laporta es proponerle al argentino un contrato de cinco años a un jugador que ya ha dicho que solo va a jugar dos años más. En tiempos de austeridad es incomprensible regalar temporadas de contrato a un jugador que va camino de los 35 años. Koeman ya sabe que deberá empezar a competir sin su estrella, que todavía no ha iniciado la pretemporada, y desconoce cuándo le tendrá a su disposición. Un Barça sin Messi es una plantilla terrenal que cambia radicalmente. El entrenador holandés, que había pedido el fichaje de un centrocampista con músculo y despliegue físico, no solo no lo recibirá sino que, probablemente, perderá a Ilaix, que tiene pie y medio fuera del club al no aceptar la propuesta de renovación. A una semana y media de empezar la liga, la plantilla sigue siendo muy parecida a la de la temporada pasada, con la continuidad de las vacas sagradas incluida, lo que no augura un gran futuro si nos atenemos al diagnóstico que, tras perder la liga pasada, hizo el propio Laporta asegurando que “está claro que se ha acabado un ciclo, haremos una profunda revolución”. El presidente del Barça tuvo la imprudencia y la osadía de asegurar a la Vanguardia hace un mes y medio que “habrá 3 o 4 fichajes más” cuando resulta que la gran preocupación es la inscripción de los ya fichados. 2 meses después, Koeman sigue teniendo los mismos mimbres para hacer un cesto que la temporada pasada ya no alcanzó para luchar por los grandes títulos hasta el final. Tan solo la llegada de Memphis Depay, Emerson y Eric García, que ya estaban planificadas con Bartomeu hace casi un año, elevan un poco el nivel de la plantilla más cara del mundo. No se ha conseguido acomodo para Griezmann, Coutinho, Pjanic ni Umtiti.
Hace 3 meses parecía que esta dirección deportiva tenía un plan muy claro para rebajar la masa salarial con recortes de las fichas más altas y traspasos de los transferibles. De momento, nada más lejos de la realidad.
Neto, que debería ser el portero titular en el inicio de liga por la lesión de Ter Stegen, sigue en el escaparate. Tras un año lesionado, el estado físico de Ansu Fati es una incógnita. Pedri y Eric García volverán reventados tras disputar Eurocopa y JJOO. Jordi Alba volverá a no tener competencia en el lateral izquierdo ya que Balde está muy verde. Busquets seguirá sin tener sustituto. Nico González tiene muy buena pinta pero es un recién llegado. En el centro del campo, De Jong y Pedri seguirán siendo imprescindibles. Riqui Puig no parece pasar la pantalla de eterna promesa. Y Pablo Páez Gavira, Gavi, solo tiene 16 años y todavía tiene mucho que crecer en el Barça B.
Falta por saber si Braithwaite, con cierto cartel en Inglaterra, seguirá. Demasiadas incógnitas cuando solo faltan 10 días para empezar la competición.