De momento, Joan Laporta está siguiendo una línea de decisiones muy parecida a la que venía manteniendo Josep Maria Bartomeu.
Ha ratificado al entrenador, Ronald Koeman, y al secretario técnico, Ramón Planes, que venían tomando las decisiones deportivas más importantes con el anterior presidente.
Al igual que Bartomeu, Laporta, hasta el momento y ya lleva cuatro meses en el cargo, tampoco se atreve a plantarse ante las vacas sagradas que vistas desde fuera estaban acabadas y ahora estando dentro les parecen más intocables. A pesar de que el Barça no puede seguir pagando lo que venía cobrando Messi porque al club le han desaparecido el 30% de ingresos por el Covid, Laporta, de la misma manera que le pasó a Barto, también se está doblegando a las exigencias de Leo que, para que siga cobrando lo mismo, le hará un contrato de 5 años simulando que se rebaja la ficha la primera temporada para recuperarlo en las siguientes cuando todo el mundo sabe que Messi solo quiere jugar dos años más de azulgrana, hasta el Mundial de Qatar. Es decir, lo de los 5 años es una milonga para prorratear el sueldo que ahora el Barça no puede pagarle. Mira, lo mismo que hizo Barto con Piqué, ampliarle dos años más de contrato para que el defensa catalán casi no perdiera dinero. En el caso de Messi, Laporta está haciendo lo mismo por lo que se le criticaba a Bartomeu, es decir, hacerle un contrato largo a un jugador que está en la recta final de su carrera deportiva.
Laporta, al igual que Barto, también se ha prestado a traer un fichaje (en este caso, el Kun Agüero) para satisfacer una petición de Leo.
Laporta tampoco se ha atrevido a enfrentarse a los jugadores proponiendo una rebaja salarial cuando es absolutamente necesaria porque con las instalaciones cerradas ya no generan lo que venían cobrando. Como mínimo, Bartomeu sí que la impuso en abril de 2020 con el Estado de Alarma decretado en nuestros país, aplicándoles un ERTE que supuso unos 42M de ahorro para el club, y desde entonces los jugadores lo mataron con una nota publicada por Messi diciendo que se habían sentido presionados. Esa rebaja salarial la hicieron todos los grandes clubes y ningún otro vestuario hizo ninguna manifestación de queja. Tras esa rebaja salarial, a los jugadores se les escapó la liga perdiendo en casa contra Osasuna y encajaron una humillante goleada frente al Bayern tras estar de vacaciones en Ibiza en lugar de preparar esa fase final de la Champions que se disputó en Portugal.
Dado que el covid ha supuesto una desaparición de los ingresos pero la mayor partida de gastos, que son los salarios y amortizaciones, se mantienen, Laporta, al igual que hizo Bartomeu, está intentando hacer un trueque que suponga una maquillaje contable para cuadrar la cuenta de explotación. Está intentando replicar la operación Arthur-Pjanic.
Laporta, al igual que Bartomeu, también ha perdido un pulso con el PSG. En este caso, con Wijnaldum, que era una petición del entrenador Ronald Koeman.
Laporta, al igual que Bartomeu, está negociando otro préstamo con Goldman Sachs, (parece que no haya ningún otro intermediario financiero en el mercado), que servirá para resolver los coyunturales problemas de tesorería pero también suponen un incremento del endeudamiento del club. Hasta en el tema de la creación de perfiles falsos en las redes sociales coinciden porque solo hay que hacer una crítica al actual presidente para comprobarlo. No olvidemos que Laporta también se gastó dinero del club para espiar a sus propios directivos, amantes, políticos, jugadores, opositores y periodistas.
Se suponía que la llegada de Laporta significaría un cambio radical.
Hasta el momento, no ha sido así.