El Barça tiene un estilo de juego que le identifica. Y debe seguir siendo fiel en esencia pero introduciendo variantes para evolucionarlo fichando jugadores que tengan condiciones técnicas, implicación y condiciones físicas para aplicar sus conceptos. Una mala puesta en práctica se carga una buena teoría. Koeman empezó con un 4-2-3-1 porque veía muchas medias puntas o segundos delanteros en la plantilla: Messi, Coutinho, Pedri, Griezmann, Riqui Puig, Ansu Fati…. Y jugar con cuatro atacantes facilitaría la presión postpérdida ya que estarían más cerca del balón perdido en ataque y eso evitaría que el equipo corriera tanto para atrás.
Con las lesiones de Coutinho y Ansu Fati, y al ver la inconstancia de Messi o Dembélé en la presión, Koeman pasó al 4-3-3 pero el equipo sería siendo muy débil defensivamente. Para jugar tan ofensivo necesitas un centro del campo enérgico que presione y una línea defensiva con jugadores que aguanten la línea alta, no reculen, sean valientes en la anticipación y tengan piernas rápidas para corregir los 40 metros que dejan a su espalda. Koeman se dio cuenta de que Alba se prodiga mucho en ataque pero es un coladero en defensa. Lenglet pasó un bache enorme. Comprobó que Araujo y Mingueza eran buenos pero inexpertos y apreció que Piqué necesitaba compañeros cerca que suplieran su lentitud e indulgencia. Constató que Busquets quedaba diluido si tenía que abarcar mucho campo. Y por eso, para proteger y que jugaran los veteranos pasó al 3-5-2. Y encontró el equilibrio y funcionó mientras Piqué estuvo lesionado, tiempo en el que el Barça remontó 12 puntos al Atlético y fue pasando rondas de Copa del Rey.
Tras ganar el título en Sevilla, y con la liga en juego volvió Piqué, y la autocomplacencia y cierta desidia contra el Granada, Levante y Celta. ¿Tiene el Barça ahora jugadores para interpretar este estilo con excelencia? ¿Se puede hacer la presión postpérdida si no se implican todos? El fútbol de ahora es más rápido, más eléctrico, con más transiciones vertiginosas. Y eso te exige tener jugadores técnicos, rápidos e intensos. Y este Barça hace tiempo que juega al ritmo de Messi y Leo prefiere atacar en estático y eso da ventaja a las defensas para organizarse. Messi sigue marcando las diferencias individualmente pero el equipo acaba siendo muy previsible colectivamente. Los compañeros de Messi no se atreven, o no tienen suficiente calidad y se la acaban dando siempre a Leo, que por muy bueno que sea nunca será mejor que todo el equipo. Ni puede ni debe monopolizar todo el juego. Ni jugar 50 partidos por temporada. El Barça lleva tempo renunciando a contragolpear, a correr. Jugar sin un 9 de referencia implica tener movilidad constante y no que todos la pidan al pie. El 4-3-3 más auténtico requiere jugar con extremos abiertos y un nueve que sea un killer. Si se va Dembélé, el Barça no tendrá ni una cosa ni la otra. Llevamos mucho tiempo desviando los debates. Cuando no se ganaba era culpa de que no había proyecto o de que no se era fiel al estilo. Quizás es que algunos veteranos ya se han hecho mayores y no pueden interpretar ese exigente estilo de juego. Guardiola en 2008 se cargó a Ronaldinho, Deco y Motta y no fue porque les faltara calidad sino porque apostó por la implicación y la juventud.