Esta temporada, el Barça ha iniciado una regeneración de la plantilla que todavía debe completar. En el fútbol actual la exigencia es máxima y la mejora constante, obligada. No hay una fórmula mágica que funcione siempre. En las dos últimas temporadas ha quedado claro que el Barça ya no es un equipo dominador, ni en España ni en Europa. Hay que evolucionar. Y, sobre todo, acertar en la dirección correcta. La pregunta es: ¿La reconstrucción hay que hacerla rodeando a Messi de más galácticos o de un equipo compensado de buenos jugadores?
El Barça tiene un problema muy grave de masa salarial. Si vuelve Neymar con 30 años, para jugar con un Messi con 34 y se mantienen los veteranos con sus sueldos no acordes ya a su rendimiento deportivo la cosa no funcionará. Será una involución. Cuando resulta que el fútbol europeo está premiando a los equipos enérgicos en los que corren todos con magníficos jugadores pero sin grandes megaestrellas. Los dos últimos campeones de la Champions, Bayern y Liverpool, son un claro ejemplo.
El Barça debe acabar el cambio generacional esta temporada, recuperar el concepto de equipo compensado y plantilla competitiva en la que no haya tanta diferencia entre titulares y suplentes. Por poner un ejemplo, Griezmann tiene menos glamour y marketing que Neymar pero es igual o más goleador que el brasileño y le dobla en compromiso y trabajo.
Antes que poner toda la inversión en una estrella el Barça necesita mejorar muchas posiciones para evolucionar. Y cuando el marketing pasa por encima de los intereses deportivos se pueden maquillar las cuentas pero no se ganaran títulos y que yo sepa la afición del Barça nunca ha ido a Canaletas para celebrar un buen balance económico.