Si se demuestra que el expresidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, o algunos de sus ejecutivos han cometido algún delito en contra del Barça deben pagar por ello con todas las consecuencias siempre que haya una sentencia judicial firme que lo demuestre.
Pero hasta entonces no deberíamos condenar a nadie preventivamente en base a atestados policiales. A Sandro Rosell los atestados de la Guardia Civil le atribuían 4 delitos y al final quedo absuelto. De hecho, una destacada política catalana también está siendo actualmente investigada por el Tribunal Supremo por trocear facturas, en este caso más grave porque se trata de dinero público, y no ha pasado una noche en el calabozo ni la prensa catalana la está condenando mediáticamente. Con ella sí que prevalece la presunción de inocencia, como debe ser. Pero la diferencia de trato demuestra que contra el Barça sí se atreven.
Para abrir el foco y analizar la compleja situación debemos hacernos algunas preguntas.
¿Alguna vez antes los Mossos d’Esquadra habían detenido a un dirigente de una entidad privada por una denuncia de un particular por un presunto delito económico cuando la causa ya está judicializada?
¿Por qué los Mossos detienen al expresidente del Barça y le hacen pasar la noche en los calabozos cuando la jueza aclara que ella solo dictó una orden de registro pero no ordenó su detención?
¿Por qué han esperado a los seis días previos a las elecciones a la presidencia del Barça para realizar todo este show mediático y levantar el secreto de sumario cuando la causa lleva 7 meses abierta y la jueza había prorrogado el secreto de sumario en 6 ocasiones? ¿No podía esperar a hacerlo el próximo martes o miércoles y no contaminar la recta final de la campaña electoral?
¿A qué candidato, que no tiene proyecto ni propuestas, y que está siendo jaleado por la clase política catalana le interesa que informativamente se desvíe la atención para que no se hable de actualidad electoral o de confrontación de programas?
¿Por qué los últimos 3 presidentes del Barça, Núñez, Rosell y Bartomeu, que preservaron la independencia del club ante los intereses políticos, económicos y mediáticos han tenido problemas judiciales?
¿Por qué algunos periodistas y medios quieren relacionar tendenciosamente a Toni Freixa con el Barçagate cuando no ha estado en el club y se enfrentó a Bartomeu en las elecciones de 2015?
¿Por qué los políticos catalanes y su prensa afín no quieren que salga elegido presidente el único candidato de los 3 que ha repetido que se compromete a mantener al independencia del club de los intereses políticos, económicos y mediáticos del Catalunya?
¿Por qué en octubre, con confinamiento municipal, Estado de Alarma y pandemia disparada la Generalitat dijo que “no había impedimento sanitario” para votar la moción contra Bartomeu y ahora con pandemia a la baja dice que no se puede romper el confinamiento comarcal para ir a votar el próximo domingo?
Que el socio, único propietario del club, busque respuestas y vote en consecuencia. La independencia del Barça está en peligro.