Este viernes habrá una reunión trascendental entre Govern y club para decidir qué hacer con la fecha marcada del 24 de enero. Es obvio que, con los políticos actuales que tenemos y la situación de la Covid-19, ni una bola mágica sería capaz de adivinar, aunque sea, qué cenaré pasado mañana. Todavía menos, unas elecciones que penden de un hilo. Pero vamos a dar detalles de qué lo puede condicionar.
De entrada, el recuento de papeletas de los precandidatos. La columna de hoy pensaba dedicársela a todos aquellos que se han quedado en el camino, pero demasiada suerte han tenido hasta ahora los fantasmas que han decidido no presentarse o destruir las papeletas en el Auditori. De hecho todos los que no han pasado, excepto Vilajoana y el gran Ferran Estrada. Volviendo al lío, más de 10.000 votos en un precandidato son cifras históricas y lo ha conseguido Joan Laporta. Para que nos hagamos una idea, el mismo Laporta sacó 4.807 y Bartomeu 9.093 en las últimas elecciones de 2015. Viendo las diferencias de ahora con un Laporta sin rival, las elecciones se pueden convertir en un puro trámite. Además, es un perfil que gusta a los deseos del Govern actual. Los intereses de poder pueden ser más persuasivos que nada.
Los técnicos del Departament de Salut no lo ven bien, el mismo Secretario General, Josep Maria Argimon, se preguntaba la semana pasada si era una necesidad prioritaria unas elecciones a un club. Pero también es el mismo Argimon que ha reiterado que las decisiones finales las toman los políticos y no los especialistas. Así pues, volvamos al punto anterior.
Los precedentes, indican que inmersos en una tercera ola se siguen haciendo barbaridades. Como convocar oposiciones, incluso con un temporal que incapacita a muchos llegar; o exámenes finales universitarios presenciales con concentraciones de más de 50 alumnos en un pasillo, aunque vienen de hacer un trimestre de clases online. Los despropósitos siguen existiendo y parece que nadie aprende nada.
Hay prisa, el club tiene prisa, el Govern tiene prisa y el claro favorito, Joan Laporta, también. El coronavirus sitúa un escenario catastrófico en tres semanas pero, para entonces, el 24 de enero ya lo habremos pasado... Como las Navidades.