Ya es oficial, Jan Laporta se suma a la carrera electoral para ser presidente del FC Barcelona el próximo 2021. Era un secreto a voces pero no lo tenía claro. Recuerdo que hablé con él hace tres meses y la respuesta que me dio fue una sonrisa. El silencio de aquél que guarda una noticia que le provoca felicidad pero busca el momento óptimo. No sé si nada de lo que pueda pasar en medio de una pandemia puede ser el momento idóneo pero las circunstancias nos han marcado todo. De entrada, sus últimas dudas antes de dar el sí público fue si sumarse a Víctor Font pero dos gallos en un gallinero, ya sabemos, que no caben.
Jan es mucho Jan y prefiere volver a arriesgar, va con su carácter, con el 50% del esquema mental del catalán, "la rauxa". Su mejor carta de presentación es la fama, el nombre, la historia que cosechó al frente del club. Y sus avaladores de peso: Guardiola, Puyol y hasta Xavi quizás. Pero Jan también sabe que no cuenta con un grupo mediático de peso detrás y tendrá que tirar del nombre. También procurar que, esta vez, gane en las urnas, entre los socios culés, y no a través de Twitter como la última vez.
En esta candidatura independentista habrá un competidor, Víctor Font. A diferencia de Jan no es conocido. Eso sí, personas de peso como Jaume Roures, el hombre fuerte de Mediapro, o de prestigio, como Antoni Bassas, lo moverán por tierra, mar y aire para que todos recordemos su nombre.
Y al otro lado, ¿qué nos queda? Una candidatura continuista o, mejor dicho a partir de ahora: el perfil no independentista. Una candidatura que también contará con grandes pesos mediáticos como el Grupo Godó que estarán para darle apoyo. Y que, pese a las vicisitudes vividas en los últimos tiempos de forma pública, han aprendido la lección y me consta que están trabajando duro para aportar también un plan sugerente. Al tiempo, pero estas elecciones no se basarán, con todos los respetos, en cuatro frikis. El juego para la presidencia será duro, intenso y emocionante hasta el final.