Mucho se ha hablado en las últimas horas de la comparativa entre Dembelé y Bale, por aquello de las lesiones y la rivalidad Barça-Madrid. Sí, es cierto, Dembelé ha estado lesionado 330 días en tres temporadas, Bale 430 (prácticamente lo mismo), pero en seis temporadas, el doble que el francés. Y otra comparativa, Dembelé costó 145 millones, Bale 91. No hace falta hablar de los goles...
Pero este no es el tema. La cuestión es que esta sobrecarga que le ha llevado a retirarse del entrenamiento es una de tantas que se vienen repitiendo. Por este motivo, el Barça necesita quitárselo de encima... Como a Umtiti. De entrada, es un jugador que acarrea una lesión crónica muscular de la que ni los buenos hábitos ni los entrenamientos lo harán recuperar. Una situación que el club ya conoce desde hace tiempo pero no quiere tirar de la manta por miedo a perder un buen pellizco en un futuro mercado de fichajes.
Más allá de las confirmaciones que me llegan, y ya hace tiempo que comentamos, la recaída de ahora no tiene sentido alguno. La fatiga muscular de la que se habla no es proporcional a un jugador que viene de no jugar al más alto nivel. Más allá de que, en este caso, las compañías de Dembelé como Neymar en su momento con los "toys" tampoco lo ayudan a centrarse. Pero es una evidencia que Dembelé es un juguete roto.
Ahora bien, es cierto que el fichaje se pagó a un precio desorbitado pero también es cierto que la gravedad de esta lesión, cuando vino del Dortmund no la tenía. Lo que ahora se debe cuestionar es de nuevo la planificación del club azulgrana. A Carles Pérez y Abel Ruiz se les abrió la puerta en lugar de mantener al menos a uno y ahora el problema se engrandece.