Recibo en el correo una nota de prensa de una casa de apuestas que ha analizado el signo zodiacal de los 492 futbolistas que comenzaron la Liga 2019-20. En ella se dice que los más habituales son los Acuario (10,5%), por delante de los Cáncer (10%), los Tauro (9,9%), los Piscis (9,5%) y los Aries (9,1%). En cambio, apenas tienen representantes los Leo (6,5%) y los Libra (5,7%). ¿Se corresponde esta realidad con el caso concreto del Barça? En el Barça todo está mucho más equilibrado.
En la plantilla actual del Barça, menos Sagitario y Virgo, hay de todo. Los Cáncer (Neto, Busquets y Messi), Escorpio (Semedo, Ansu Fati y Umtiti), Acuario (Piqué, Luis Suárez y Carles Pérez) y Tauro (Ter Stegen, Dembelé y De Jong) están por partida triple (13,6% cada uno); los Géminis (Lenglet y Arturo Vidal), Leo (Arthur y Júnior), Piscis (Sergi Roberto y Rakitic) y Aries (Jordi Alba y Griezmann), por duplicado (9%); y los Capricornio (Todibo) y Libra (Wagué) cuentan con un solo representante (4,5%) en el vestuario.
Visto desde otro ángulo, en el Barça hay ocho jugadores nacidos bajo signos de agua; seis, de aire; cuatro, de tierra, y otros tantos de fuego. ¿Qué quiere decir todo esto? No lo sé, no me dedico a ello y creo que faltan datos para obtener mejores conclusiones, aunque sí aprecio que las energías están bastante equilibradas, y eso siempre es buena señal. Y también empiezo a entender por qué no he salido futbolista.
Estas curiosidades me hacen recordar un artículo anterior, en el que recogí las fechas de nacimiento de todos los jugadores de la última temporada. Descubrí que, en el Barça, muchos de sus futbolistas (77%) habían nacido en el primer semestre del año. Los azulgranas eran los líderes de esta peculiar estadística en el curso 2018-19. Constaté también que los cracks nacen cuando quieren. Sin embargo, también este año la cosa está más igualada en este aspecto: son 13 (59%) los blaugranas que llegaron al mundo entre enero y junio y 9 (41%) los que lo hicieron entre los meses siete y doce.