Hace casi 52 años, Stanley Kubrick nos deleitó con una de las obras maestras del cine más discutidas por la complejidad que entrañaba. Película de culto para muchos, incomprensible y aburrida para tantos otros, de lo que no cabe duda es que la fórmula que utilizó el mítico cineasta para titular 2001: Odisea en el espacio tiene vigencia y una fuerza arrolladora tanto tiempo después. Incluso viene bien para hablar del Barça.
El conjunto que dirige el discutido Ernesto Valverde ha empezado el año con mal pie. Un empate contra el Espanyol (2-2) y una derrota frente al Atlético de Madrid (2-3) no hacen sino confirmar los malos presagios que auguraba el periodista Joan Poquí cuando en la primera rueda de prensa del año le preguntó al Txingurri si este 2020 rompería con la tradición de arrancar mal en enero.
Valverde se sonrió y comentó que “el año pasado comenzamos con victoria en Getafe (1-2)”, dando a entender que esa supuesta maldición ya se había quebrado el enero anterior y no tenía por qué prolongarse. Aunque el Txingurri no olvidaba que en el segundo partido del año pasado hubo derrota contra el Levante (2-1) en el célebre partido que hizo famoso al canterano Chumi, también quiso matizar que aquella eliminatoria se remontó.
Retrocedemos otro año atrás en el tiempo, primer curso de Valverde en el banquillo, y nos topamos con que también 2018 se arrancó con un empate, ante el Celta de Vigo, en Copa (1-1). El primer partido del año en Liga, sin embargo, se saldó con victoria contundente sobre el Levante (3-0).
Es extraño, por no decir prácticamente imposible, que el Barça empiece el año con dos victorias consecutivas. Tampoco lo consiguió Luis Enrique en ninguna de sus tres temporadas al frente del banquillo (2015, 2016 y 2017). Hay que remontarse al enero de 2014, con Tata Martino como entrenador, para encadenar dos victorias consecutivas en los primeros partidos del año (2014). Y a la tercera cayó el empate frente al Atlético (0-0).
Se da la circunstancia de que el Barça todavía no ha jugado en casa este 2020. Pero los despachos del Camp Nou echan humo. En RAC1 dispararon las alarmas el jueves, dando a entender que Valverde podía salir del cargo de entrenador. Al día siguiente se informó de que Abidal y Òscar Grau estaban en Doha para ofrecer el puesto a Xavi Hernández.
Una odisea en toda regla que a nivel de resultados confirma las malas sensaciones que se vivieron durante el primer tramo de Liga a domicilio (cuatro victorias, tres derrotas y dos empates, que ya son tres con el de Cornellà-El Prat). El lunes se esperan más novedades sobre Valverde. ¿Seguirá en el cargo? ¿Terminará la temporada? ¿Llegará Xavi? Ni Kubrick podría escribir un guión tan enrevesado.