Creo que la falta de directivos especializados en materia económica, (después de la marcha de Susana Monje), debe comportar una reflexión seria. De acuerdo, el proyecto para 2021 puede cambiar aunque ganen los continuistas de Bartomeu. Pero, por entonces, creo que ya habrán creado un equipo todavía más potente que el actual.
En lo que me fijo es en el ahora. Y no entiendo nada. La gestión de Neymar en su momento provocó una entrada polémica y una salida todavía más escandalosa. Faltó, dijeron por aquél entonces, la figura de un compliance officer especializado en la redacción de documentos jurídicos y contratos. Vaya, como un especialista de la letra pequeña que evitase cualquier escollo. Pero al final, lo que se acaba demostrando es que el problema no es la forma sino el contenido. El problema no es un redactado, sino las intenciones que hay en él.
Y así acabamos por hablar del caso Griezmann. Parece que desde el club azulgrana han conseguido tener calladito al Atlético de Madrid. Pero, ¿por cuánto tiempo? Y vamos más allá: ¿Estamos delante de otro escándalo de gestión? Se dijo que para compensar unas negociaciones previas no aceptables, el Barcelona abonó 15 millones a los colchoneros con el objetivo de compensar cualquier desajuste, y sobretodo cualquier ruido que acabe con la paciencia de los socios.
Lo último que me llega me descuadra por completo. Según parece, también había una cláusula que a cambio de estos 15 millones, el Barcelona tenía derecho a fichar tres jugadores, y resulta que en Madrid no conocen ni uno que esté en este boleto. Ni nadie ha firmado nada relativo a ello. De hecho ya no parece normal fijarse, con todos los respetos, en la cantera colchonera cuando teóricamente, el Barcelona tiene la mejor del mundo. Veremos cómo termina esto y si un buen día nos despertamos y sale de nuevo el contrato publicado, ahora de un francés, que al final ficharlo, no ha resultado para tanto.