El tridente ya carbura. Este es el tercer partido en lo que va de curso que Leo Messi, Luis Suárez y Antoine Griezmann participan en una misma goleada. Lo hicieron contra el Eibar, contra el Borussia Dortmund y ahora contra el Mallorca. Costó, la fase de adaptación se hizo un poco pesada, pero finalmente llegó. Esperemos que para quedarse.
El Principito fue un fichaje muy discutido por el polémico documental que utilizó para ganar notoriedad en forma de calabazas al Barça en verano de 2018. La Decisión jugó en su contra, no solo por el enfado de las aficiones culé y colchonera, sino del propio Leo Messi.
El astro argentino intervino para que se produjera su fichaje aquel año y quedó muy decepcionado después de mojarse públicamente por Griezmann para nada. Se sintió traicionado y ello hizo que la llegada del crack francés no fuese sencilla, ni cómoda.
Sin embargo, Griezmann tiene una gran virtud de la que adolece Coutinho: carisma y mucha confianza en sí mismo. Ese carácter, además de su inteligencia, le está llevando a gestionar la situación con paciencia. Tanto en la decepción, como en la euforia que ahora se vive en el entorno barcelonista.
Preguntado ante los medios –Griezmann fue uno de los cinco jugadores que hablaron tras el encuentro, algo muy poco frecuente–, el galo tiró de lo que ya empieza a ser uno de sus tópicos más frecuentes: “Todavía me estoy adaptando y tengo que aprenderme sus movimientos, estoy en ello, pero todavía me queda mucho”.
Griezmann, Messi y Luis Suárez / EFE
El delantero tiene los pies en el suelo y ello le honra, pero lo cierto es que poco a poco se va ganando el favor de Leo Messi. Se nota en los gestos, las miradas, la complicidad creciente entre ambos. Y es que el astro argentino siempre ha tenido más sintonía con personalidades arrolladoras y carismáticas como las de Ronaldinho, Eto’o, Puyol, Piqué, Dani Alves, Neymar o el propio Luis Suárez que con jugadores sosos como Coutinho o André Gomes.
Griezmann, sin ser tan cabeza loca como alguno de los citados, es un tipo que siempre lleva una sonrisa dibujada en el rostro, avispado y muy abierto, a pesar de que él mismo se defina como un tipo tímido. Su carácter, sin duda, ayuda a mejorar la sintonía con Leo.
Los abrazos entre ambos ya son habituales e, incluso, el rosarino le ha dedicado algún espacio en su cuenta de Instagram, dejando atrás el feo que le hizo cuando el Barça goleó al Betis y Messi mandó un mensaje a favor de la cantera con fotos de Ansu Fati y Carles Pérez para celebrar el triunfo, obviando los dos goles iniciales de Griezmann.
Messi publica un post de Instagram abrazado a Griezmann
Ya toman mate juntos y hasta se van a cenar. Se ha sabido en las últimas horas que los tres compartieron una velada con sus respectivas esposas durante esta semana, como hacían en ocasiones con Coutinho, tratando de integrarlo en ese tridente que, para carburar bien sobre el césped, debe funcionar también fuera del terreno de juego.
Messi ha entendido que si quiere aspirar a ganar cosas este año, debe contar con la mejor versión de Griezmann. Ha costado 120 millones de euros y esa inversión no es para que se quede sentado en el banquillo, aunque ya ha quedado claro que está por detrás de Luis Suárez y con quien deberá competir, si algún día se recupera bien de sus lesiones y ofrece continuidad, es con su compatriota Dembelé.