En los más de cien años de enfrentamientos Barça-Madrid y viceversa hemos visto de todo: jugadores que llegan tarde al partido, futbolistas que sufren misteriosas intoxicaciones, entrenadores que meten el dedo en el ojo de los rivales, cochinillos que vuelan, resultados para la historia… pero hay algo que –creo– nunca había ocurrido, y es que llegásemos a la semana del clásico y no hubiera clásico. Siempre hay una primera vez…
Dicen que el fútbol es el opio del pueblo. Que durante 90 minutos, los seguidores olvidan los problemas cotidianos. Y no viene mal entretenerse y evadirse un poco en los tiempos que corren. Casualidad o no, de unos años a esta parte hay partidos todos los días y a todas horas. Entienden los que mueven los hilos que, para sus intereses, es mejor que ningún encuentro coincida en el tiempo con otro; que el negocio será mayor. A su vez, la población, en teoría, está distraída durante más horas. En esas estamos.
¿Qué tiene que ver ello con el clásico? En Cataluña la cosa está que arde –nunca mejor dicho–, y el fútbol podía calmar un poco los ánimos durante un rato. Pero no será así. Partido aplazado y a buscar nueva fecha pese a la negativa de los clubes, que preferían jugar el 26-O en el Camp Nou como estaba previsto –rechazaron disputar el primer partido en el Santiago Bernabéu–. ¿El motivo de la suspensión? Nadie se fía. Ese mismo día, el Tsunami Democràtic ha convocado una manifestación en Barcelona. Demasiado riesgo.
Para quienes cortan carreteras y autopistas y colapsan el aeropuerto de El Prat seguro que es muy fácil saltar al césped del Camp Nou en mitad del partido con mensajes y pancartas contra España y a favor de los "presos políticos". De hecho, el tenso 1-O se jugó el Barça-Las Palmas a puerta cerrada precisamente por eso, por el temor a que algunos reventaran el encuentro y utilizaran el club como herramienta para sus intereses. Porque los colores azulgranas son el mayor altavoz de Cataluña en el mundo. Y sí, el clásico tiene más repercusión que cualquier otro partido. Tanta, que la primera vuelta se disputa en horario para el mercado asiático y la segunda, para el hispanoamericano. Ahora, a esperar hasta el 18 de diciembre. A ver cómo calmamos los ánimos el sábado aunque sea solo 90 minutos...