Se ha dicho por activa y por pasiva a lo largo de todo el verano que Neymar quería fichar por el FC Barcelona. Se llegó a afirmar que el brasileño estaba dispuesto a prácticamente todo por volver a vestir de azulgrana. Que, incluso, renunció a cualquier tentativa del Real Madrid.
Sin embargo, la realidad es que Neymar no se llegó a mojar públicamente. Únicamente dijo que su mejor momento deportivo fue el 6-1 contra el PSG y que su mejor momento en un vestuario fue la celebración de aquella épica victoria. Además, también llegó a publicar alguna imagen en su cuenta de Instagram donde se le veía con la camiseta del Barça.
Más allá de estos guiños, más o menos explícitos, nunca llegó realmente el gesto que le pedía el club: reconocer en público su deseo de regresar al Camp Nou. Lo que sí ha reconocido posteriormente es que quería salir del PSG, sin indicar a qué club.
Pero también señaló que, cómo finalmente no pudo ser, lo seguirá dando todo por el club parisino a pesar de que “este año juegue como rival toda la temporada”, en alusión a los sonoros pitos que todavía recibe en el Parque de los Príncipes. Silbidos que ya van a menos debido a sus goles.
Este domingo, El Mundo agitó el caso Neymar con la publicación de un artículo donde se dice textualmente que Neymar también se ofreció al Real Madrid y a la Juventus, y que su único objetivo era salir del PSG, aunque el Barça le pareciese la mejor opción.
El mismo artículo desvela un supuesto “bonus ético” por el cual el PSG pagaría cinco millones al brasileño “a cambio de tener un comportamiento ejemplar, ser puntual, no cuestionar los planteamientos tácticos del entrenador y no criticar públicamente a los profesionales y aficionados del PSG”. Lo nunca visto.
Este supuesto acuerdo no es sino una prueba más sobre la gran prioridad de Neymar y su padre, últimamente conocido como Ney Pai, en la vida: el dinero. Y ese es el motivo que nos lleva a plantear la prueba del algodón. Como decía aquel mítico anuncio de detergente, el algodón no engaña, ¿no?
El próximo viernes 27 de septiembre se celebra en Barcelona el juicio laboral de Neymar contra el Barça en reclamación de 43 millones de euros más un 10% de intereses, es decir, unos 50 millones. Una vista que fue suspendida hasta en dos ocasiones, pendiente de si el futbolista brasileño volvía al Camp Nou. Pero no ha sido así.
Con el exjugador del Santos todavía en París, todo apunta a que el juicio se celebrará sin sobresaltos. Es decir, el jugador que supuestamente iba loco por volver al Camp Nou acudirá al juzgado número 15 de lo social como demandante para exigir al Barça el dinero de la prima de renovación de un contrato por cinco años que no cumplió.
La conclusión es clara: si Neymar realmente quería y quiere regresar algún día al Barça, ya debería haber retirado esa demanda. Si no lo hace, quedará más patente que nunca que su única prioridad sigue siendo el dinero y que el club blaugrana le importa un rábano. Pero... ¿Acaso alguien lo dudaba?