El barcelonismo esboza una sonrisa esta madrugada porque Leo Messi ha vuelto a ganar. Sin ser protagonista, sin desplegar su mejor fútbol, pero haciendo buena la asociación con dos jugadores llamados a ser sus nuevos aliados en la albiceleste, Lautaro Martínez y Lo Celso, la Argentina de Scaloni tumbó a Venezuela y se verá las caras con Brasil en semifinales.
Una buena noticia que desvía la atención de la frenética actualidad azulgrana en el mercado de fichajes. Las informaciones constantes en torno a Neymar han silenciado, incluso, el más que probable fichaje de Antoine Griezmann a partir del mes de julio.
El Principito quiere vestir la camiseta azulgrana y así lo ha transmitido por activa y por pasiva a los prudentes dirigentes de un club al que muy mal se le tendrían que dar las cosas para no pagar los 120 millones –o 126 si las negociaciones llegan a buen puerto– de su cláusula de rescisión y acabarlo convirtiendo en jugador del Barça.
Griezmann vendrá, Neymar chi lo sa –el mensaje que mandan fuentes del club es que será muy difícil por las malas relaciones con el PSG, pero que si Neymar consigue que el PSG se lo quiera quitar de encima habrá alguna opción… es decir, que todo depende de lo mal que se porte el brasileño este verano en París– y mientras tanto el club puede soltar otro bombazo.
La posibilidad de que el Barça sea el primer club en alcanzar la cifra récord de los 1.000 millones de euros en ingresos es tangible. Si no se alcanzan, será por muy poco.
Bartomeu prometió en verano de 2015 llegar a esa cifra récord de ingresos antes de 2021, cuando finaliza su mandato, y va encaminado a lograrlo.
El presupuesto de este año asciende a 960 millones pero las ventas de André Gomes y Cillessen (60 kilos), sumadas a las de Paco Alcácer (23), Cardona (2,5), Cucurella (2) y Munir (1,05) pueden ayudar a superar los 130 millones previstos por venta de jugadores.
Estamos hablando de 88,5 millones que no fueron contabilizados en octubre de 2018 y que sumados a los 14,7 ingresados en semifinales de la Champions amenazan con marcar un hito histórico nunca antes visto en el mundo del deporte.