Avisan las autoridades que se ha cometido un crimen esta noche en Madrid. Los peores augurios se han confirmado. Hay un muerto.
Lugar de los hechos: estadio Santiago Bernabéu, ubicado en el barrio de Chamartín de la capital española. Víctima: Real Madrid CF. Autor del crimen: FC Barcelona. Móvil: la Liga. Arma utilizada: el fútbol. Un baño de fútbol, para ser exactos.
En efecto, el Barcelona cometió un homicidio en el Bernabéu. Mató al Madrid, y no por accidente. Fue con dolo, es decir de de forma voluntaria, y con premeditación. Y con la agravante de ensañamiento. Por tanto, estamos hablando de un asesinato.
Señala una sentencia del Tribunal Supremo que el artículo 139 del Código Penal se refiere al ensañamiento como agravante especifica del delito de asesinato con la expresión “aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido”. En efecto, el Barcelona se ensañó con el Madrid.
Las autoridades tienen motivos más que de sobra para acusar a los azulgranas de la comisión de un delito de asesinato con agravante de ensañamiento no solo por matar al Madrid sino por aumentar deliberada e inhumanamente su sufrimiento. No bastaba con matar al club blanco. Encima, los culés se regocijaron con el dolor de la víctima.
Y lo hicieron con la mala folla de querer dar esperanzas de supervivencia a los blancos, que por momentos creyeron, ingenuos ellos, en un empate final que, tras la humillación ejecutada sobre el césped, se antojaba totalmente impensable para cualquier hijo de vecino.
“Pero esperen, que aún hay más”, advierten los inspectores asignados al caso. Estamos ante un doble homicidio. El Barça ya mató al Madrid de la Copa el pasado miércoles. Y tan solo tres días después llega la agravante por reiteración. Este sábado lo mató en la Liga. A 12.
Y el placer de poder escribir todo esto es mayor, si cabe, con el corto resultado obtenido. Porque más de uno se preguntará: “¿Dónde ve este tipo el ensañamiento si solo han ganado por un gol de diferencia?”. La respuesta es más sencilla de lo que parece.
Poco o nada tiene que ver el ensañamiento con el resultado. Lo importante es el juego, el cómo se obtiene la victoria. Huyamos por una vez del resultadismo y reconozcamos los méritos del Barça cuando juega realmente bien. Deliciosamente bien. El ensañamiento viene por el baño de juego que desnudó sin piedad todas las vergüenzas del eterno rival. Que no fue rival.
Llámenme loco, pero prefiero una y mil veces ganar por un gol de diferencia jugando como esta noche que ganar por goleada jugando como el otro día en la Copa. ¡Visca el Barça!