Semana trágica para el Barça femenino que ha visto como en cinco días, las aspiraciones a los dos únicos títulos que puede conquistar, pese a estar vivo en tres, se han esfumado. Digo dos de tres porque, muy a mi pesar y al del barcelonismo, las azulgranas todavía tienen mucho camino por recorrer para proclamarse campeonas de Europa. El objetivo en la Champions es llegar a las semifinales como ocurrió la temporada pasada. 

Pero la realidad diaria es muy distinta. El partido intersemanal ante el Sporting de Huelva en el Miniestadi (2-3) acabó con las esperanzas de las chicas de Luís Cortés. Antes del pitido inicial dependían de ellas mismas. Ganar todo y viajar a Madrid para empatar a puntos con el Atlético de Madrid y ganar la Liga por gol average. Rocambolesco, pero posible, aunque ya no. 

Ludmila y Kheira Hamraoui en el partido de Copa de la Reina entre el Barça y el Atlético de Madrid

Ludmila y Kheira Hamraoui en el partido de Copa de la Reina entre el Barça y el Atlético de Madrid

Ludmila y Kheira Hamraoui en el partido de Copa de la Reina entre el Barça y el Atlético de Madrid

Las andaluzas asaltaron el feudo azulgrana y el Atlético ganó el derbi madrileño de Liga. A cinco y otra liga, por cuarto año consecutivo, que se queda en la capital. Preocupante. Desde que se convirtieron en equipo profesional la hegemonía azulgrana en el campeonato doméstico se acabó. La esperanza entonces se quedó en la Copa, de las que defendían título como vigentes campeonas, pero las que fueron sus víctimas en la final del año pasado fueron esta vez su verdugos.

Baño monumental del Atlético este domingo en las semifinales de Copa de la Reina que se verá las caras en la final con la Real Sociedad. Ver para creer. Ni Copa, ni Liga, porque que las colchoneras pierdan un partido se antoja más difícil que acertar el pleno al euromillón. 

Sensaciones

El Cerro del Espino fue testigo de un Barça muy espeso, que no generó ninguna sensación de peligro y que sucumbió a un Atlético de Madrid que, hoy por hoy, es inmensamente superior. Tan espesas como estuvo el Barça en el Camp Nou ante el Valladolid, pero con la diferencia de que Leo Messi solo hay uno en cualquier género. 

Una foto de Leo Messi celebrando un gol de penalti / EFE

Una foto de Leo Messi celebrando un gol de penalti / EFE

Una foto de Leo Messi celebrando un gol de penalti / EFE

Derrota dolorosa de la que deberán rehacerse pronto, así como también deberán rehacerse de la imagen que dieron los hombres de Ernesto Valverde frente a los pucelanos. Un escenario incierto que, sin ni siquiera vestirse de corto, ha mejorado para los azulgranas. El Real Madrid volvió a poner la Liga a tiro al Barça tras su estrepitoso tropiezo ante el Girona y en la Ciudad Condal todo vuelven a ser sonrisas. 

Con mucho cuidado

El calendario del Barça es más que exigente. Febrero asusta, pero lo que se avecina en el horizonte para marzo tampoco es más esperanzador si se añade la Champions donde esperamos seguir vivos por esas fechas. El Barça tiene la Liga en sus manos, la Copa también y la Champions a la espera. 

Recuperar la mejor versión es primordial para dar un golpe de efecto, deportivo y psicológico en el campeonato doméstico y España. El rey de Copas quiere estar en la final del Benito Villamarín, ganar por cuarto año consecutivo la Liga y acabar con la hegemonía blanca en Europa. Tres objetivos con un largo recorrido, pero que como al Barça femenino, pueden quedarse por el camino. 

Las sensaciones en el juego, especialmente ante el conjunto blanquivioleta, no fueron las mismas que se desprendían en noviembre cuando tumbaron al Tottenham o al PSV con autoridad. No se sufre en exceso, pero tampoco se matan los partidos y en Europa dejar vivo al rival puede invitar a resurrecciones indeseadas. Los partidos cuando antes acaben mejor. 

Femenino y masculino tienen pocas similitudes, pero desprenden un aire similar dado por el juego posicional y de posesión que comparten. La marcha de más que le faltó al femenino, debe trasladarse a Messi y compañía para disipar las dudas. La sensación de peligro constante, debe ser la clave para no solo ganar partidos, si no para coercer y asustar a los rivales. Ninguno de los dos primeros equipos azulgranas da la sensación de invencible, y ese es el factor determinante para reprimir psicológicamente a los rivales.