Carmen Pérez tardó, pero lo hizo. La Jueza Única de Competición puso fin a más de 16 horas de incertidumbre sobre la continuidad del Barça en la Copa del Rey como vigente campeón y justo y legítimo clasificado tras remontar al Levante en el Camp Nou en el partido de vuelta de octavos de final.
El Levante recurrirá, pero a priori volverá a estar fuera de plazo. Así lo consideró Pérez, o esa es la resolución final que dio 20 minutos antes de que se iniciara el sorteo en la Ciudad de Las Rozas. Dejando a un lado las horas invertidas para emitir un comunicado tan escueto, no cabe duda del vacío legal e interpretativo que supone el reglamento de la Real Federación Española de Fútbol.
En primer lugar y con el caso cerrado, se debe hacer una mejora en la redacción de los estamentos. Menos burocracia y formalismos y más explicaciones de una sola interpretación. Así nos ahorraremos todos horas de espera e incertidumbre que solo fomentan la polémica y dañan el deporte. Si el Barça incumplió, dentro o fuera de plazo, debería ser sancionado, pero también deben entrar los valores éticos de cada club.
El Levante apostó todas sus cartas en los despachos. En el Camp Nou se paseó como alma en pena. No fue ni la sombra del equipo que se presenta domingo tras domingo en todos los estadios de la Liga y las excusas del once inicial tampoco tienen cabida. Paco López alineó a su mejor equipo disponible, casi el mismo que en la ida, y la diferencia fue abismal.
Sin ética, pero querían estar en cuartos
El Barça fue superior en el Camp Nou. Tanto como lo fue el Levante en el Ciutat de València. Las cosas como son. Los granotas pudieron dejar la eliminatoria sentenciada con un 3 a 0, pero la falta de puntería y el gol de Coutinho dieron esperanzas al conjunto de Ernesto Valverde que no falló en una de sus competiciones preferidas.
Con el pescado vendido en el verde y el pitido final, ¿dónde queda la moral y la ética del Levante? ¿A caso creen que hubieran ganado o dispuesto de tantas oportunidades en la portería defendida por Jasper Cillessen de jugar Piqué y Lenglet en la ida? El Txingurri apostó por Murillo, debuante, y Chumi y Miranda en una línea defensiva que hizo aguas. No es culpa de los jóvenes ni del colombiano. Apenas se conocían y el rival cuajó un gran partido. Valverde tuvo que rectificar y dar entrada a Lenglet para solventar la situación.
El Levante se benefició deportiva de la apuesta en la cantera del técnico extremeño, y ante la imposibilidad de ser superior al Barça en la vuelta, con Messi y compañía, apostó su continuidad en la competición en los despachos. No culpó a los jugadores, pero es un mensaje y una actitud muy deleznable por parte de Quico Catalán. Es legal y legítimo con la ley en la mano, pero de una falta de ética considerable. Cualquiera lo hubiera hecho --o no-- pero denota aires de inferioridad.
Ojalá el Barça gane la Copa, pero solo si es justo merecedor de ella en el verde. En los despachos, el cluz azulgrana debe mantenerse siempre alejado. Tampoco hubiera sido justo, otros equipos han cometido el mismo 'error' que el Barça y nadie se ha percatado, ni ha interpuesto ninguna denuncia. El Levante quiso sacar provecho de algo que previamente le dio ventaja. En enero, y a falta de saber si el Barça estará en la final, si llega, esta Copa ya pierde credibilidad para todos. Una pena.