En cuanto cayó al suelo sobre su brazo derecho, Leo Messi supo que se había acabado el partido para él. Ese crujido, seguido de una extraña sensación de hormigueo, como si le pasara la corriente, como si el radio le gritara que siempre ha estado ahí aunque nunca antes se hubiera percatado de ello, le indicaron que la lesión era seria. Apenas pudo proferir algún grito de queja. Y se marchó —se lo llevaron— al hospital.
El delantero argentino del FC Barcelona, Leo Messi, tras fracturarse el radio del brazo derecho en el partido contra el Sevilla / EFE
Messi sintió dolor en el instante de la caída. Le molestó más el gesto antinatural del codo —nada grave, por suerte— que la fractura del radio en sí. Estará tres semanas de baja, el tiempo habitual en lesiones de este tipo, en las que las dos partes del hueso mantienen su posición y no hay desplazamiento. Es joven y se soldará bien. Ya tiene el brazo inmovilizado y está medicándose.
Así las cosas dolor, lo que se dice dolor físico, no siente Messi. Sin embargo, estando tendido en el césped del Camp Nou, lo primero que se le pasó por la cabeza fueron los partidos del Inter, en Champions, de este miércoles, y el clásico del domingo ante el Real Madrid. Sabía que no podría capitanear al equipo en esos encuentros. Eso fue lo que más dolió al 10. Y lo que le duele hoy. Además, el equipo blanco es una de sus víctimas favoritas tras el Sevilla y el Atlético de Madrid. Hasta en 26 ocasiones ha perforado la portería madridista.
Los 26 goles de Messi al Real Madrid / CULEMANÍA
Pero no todo son malas noticias. Messi estará de nuevo a punto en pocas semanas. La ventaja de la fractura de radio es que podrá entrenarse durante este tiempo: salir a correr e incluso tocar algo de balón, en solitario, sin hacer ninguna locura. Por otra parte, los partidos que se pierda ahora –los de Argentina incluidos— serán gasolina extra para Leo en la parte de la temporada donde se deciden los títulos.
Ya saben, la obsesión de Messi esta temporada es que la copa de la Champions vuelva a las vitrinas del Camp Nou. Si él está fresco, descansado, el objetivo está más cerca. Mientras llega eso, paciencia, que el tiempo pasa muy rápido y estará marcando goles antes de que nos demos cuenta, aunque la espera se nos hará eterna.